Tras el hallazgo de restos visigodos en el término de Riba-roja, los expertos creen que València la Vella era el principal centro de defensa visigodo ante la conquista romana, en lugar de ser la ciudad de València capital, como se pensaba. Con el fin de visibilizar el descubrimiento se abrirá una exposición al final de este año en el Museo de Prehistoria de València, que contará con las cerámicas visigodas encontradas. Asimismo, se ha planteado la apertura al público de la urbe para ser visitada dentro de tres años.
En el año 550 el Estado central visigodo, que se ubicaba en Toledo, necesitaba defenderse de la invasión romana. «València era ciudad fronteriza», según cuenta Albert Ribera, coordinador del proyecto arqueológico de València la Vella e investigador del Instituto Catalán de Arqueología Clásica. Con el fin de proteger el territorio, el rey Leovigildo creó un centro urbano militar que, según el arqueólogo, «cuenta con una arquitectura militar más potente que la ciudad de València».
Los expertos pensaban que las estructuras encontradas hace cuatro años eran parte de un castillo. Con la nueva tecnología topográfica y gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Riba-roja, se ha logrado encontrar nuevos restos, documentar la zona y descubrir que se trata de un centro urbano civil y militar importante. La urbe perduró durante 150 años hasta ser abandonada con la llegada de los musulmanes.
La ciudad histórica está rodeada de una muralla de la que se conservan 400 metros lineales y ocho torres. En su interior, el desnivel del terreno es de 40 metros, lo que determina la división del espacio en dos zonas: la parte baja y la alta, la acrópolis. La sala noble encontrada recientemente se encuentra en la acrópolis. El hallazgo está delimitado por muros formando un edificio. «No se sabe el uso del edificio, de momento», reconoce Ribera.
En las jornadas de excavación de este año se han encontrado restos de fabricación de vidrio y dos silos, hallazgos que configuran el barrio de los artesanos. Por otro lado, la nueva torre descubierta se encuentra en la parte baja. Es en esta zona se conserva una plaza con edificios públicos alrededor.
La mitad del terreno de esta zona pertenece al ayuntamiento, pero la otra mitad es de propiedad privada. «Hace 40 años se excavó el terreno del particular, pero ahora no es posible acceder y las estructuras se están degradando», lamenta el coordinador del proyecto. El hecho de que la mitad de los restos arqueológicos se encuentren en propiedad privada supone «un problema», según Ribera, quien espera que haya algún tipo de acuerdo entre el ayuntamiento y el propietario para ceder el espacio y así llevar a cabo futuros proyectos.
Exposición de las cerámicas
En las últimas excavaciones, los arqueólogos encontraron cerámicas de las cuales se ha concretado que «casi todas son de origen visigodo», explica Albert Ribera. El hallazgo visigodo contempla: 200 monedas de bronce, dos monedas de oro del rey Leovigildo, cerámica para cocinar y objetos de mesa. Por otro lado, se han descubierto algunas cerámicas musulmanas aunque, según el arqueólogo, estas suponen «un 5 % del hallazgo total». Además, se ha determinado que la estatua de bronce con forma de toro es ibérica.
El proyecto de València la Vella ha dado por finalizada los trabajos de este año. «Trabajamos en agosto, pero nos gustaría ampliar el tiempo de trabajo», demanda Ribera. Los arqueólogos del proyecto junto con la Diputación de València se disponen a preparar una exposición en el Museo de Prehistoria de València, que contará con los restos históricos mencionados. Se prevé que la muestra abra sus puertas al final de este año.
Visitas a la ciudad histórica
Para dar a conocer el descubrimiento de la urbe, se celebrará en octubre un congreso de arqueología al que asistirán 150 expertos de la Unión Europea. «El congreso tratará de temas más amplios, pero uno de ellos será enseñar a los arqueólogos europeos los hallazgos de la ciudad histórica», explica el coordinador del proyecto.
El equipo de arqueólogos, que trabaja con la colaboración del Ayuntamiento de Riba-roja, plantea poner a disposición del público la metrópoli descubierta, en concreto, la zona baja donde se encuentra la plaza y edificios públicos a su al rededor. «La ciudad visigoda se podría visitar dentro de tres años y, además, se podría apreciar el precioso paraje del Parque Natural del Turia, puesto que la urbe está dentro del parque», expone Ribera.
