Una gruesa capa de polvo e incluso ruedas completamente deshinchadas. A simple vista se puede apreciar cuando un vehículo ha sido abandonado por su propietario. A veces se ven por la calle o por descampados cercanos a las carreteras, pero donde siempre se encuentran este tipo de vehículos es en el parking del aeropuerto, especialmente en el de larga estancia.
Al menos una decena en esta situación tienen controlados actualmente en la empresa que gestiona las instalaciones, ubicadas donde antes de la ampliación se encontraba el único parking del aeropuerto. Ahora la nueva terminal cuenta con otro aparcamiento en altura, pero este sigue funcionando a pleno rendimiento para larga estancia o para estacionamiento por minuto con 1.640 plazas.
Entre la decena de turismos abandonados, la mayoría con matrícula extranjera, se pueden ver mensajes recomendando su limpieza escritos por otros usuarios en turismo viejos y completamente dejados. Entre los que se nota que llevan parados más de un año hay hasta un batmóvil con el que otros clientes se fotografían.
Las razones por las que alguien no vuelve a recoger su vehículo tras dejarlo perfectamente estacionado son variadas, desde gente que abandona el país, hasta extranjeros que no regresan pasando por el robo del vehículo y posterior abandono.
Pero también pueden darse situaciones excepcionales de enfermedad o defunción del conductor que dejó en su día su coche aparcado en la terminal. En estos casos, Aena, previa comprobación con parte hospitalario mediante, congela la tarifa. Pero en el caso de despiste el conductor tendría que pagar a razón de 16 euros al día si quiere recuperar su vehículo.
La legislación establece como abandonado al vehículo estacionado de forma continuada en el mismo lugar del aparcamiento por un período de tiempo superior a seis meses de forma que se presuma racionalmente su abandono, bien por su propio estado, por los desperfectos que tenga y que hagan imposible su desplazamiento por medios propios, por no tener placas de matriculación o, en general, por aquellos signos externos que hagan presumir la falta de interés del propietario en su utilización.
Transcurrido este tiempo ya se puede poner en marcha la maquinaria burocrática para proceder a su desalojo que pasan por intentar localizar al propietario. En el caso del aeropuerto es fácil que éste sea extranjero con lo cual los trámites se alargan y en el caso de que desde la notificación no dé señales de vida pasa otro mes hasta que se puede llevar al desguace.
En el caso del aeropuerto Alicante-Elche es la empresa municipal de Elche Pimesa la que se encarga de retirar con una grúa el vehículo y llevarlo a un tratamiento residual por un gestor autorizado.
La empresa concesionaria da parte normalmente transcurrido un año cuando el conductor que estacionó el vehículo no tenía previamente contratado un abono que puede ser trimestral, semestral o anual y que da derecho a hasta 24 salidas diseñado para clientes que viajan con frecuencia y que salen más económicos que la tarifa habitual.
