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Más de la mitad de altos cargos del Consell tiene pasado político

Un total de 67 de los 125 nombramientos han ocupado cargos orgánicos o electos con sus partidos - Economía, Transparencia y Medio Ambiente son las más políticas e Innovación y Justicia las que menos

Más de la mitad de altos cargos del Consell tiene pasado político

El nuevo Consell del Botànic no ha tenido que ir muy lejos para buscar a la mayoría de sus altos cargos. Más de la mitad de los nombrados hasta el momento proviene de los partidos que sostienen el acuerdo de izquierdas. La casa propia se ha convertido en el principal vivero del ejecutivo.

Alcaldes, concejales, diputados y dirigentes que han tenido responsabilidades en las direcciones de los partidos y otros que aspiraban a ocupar escaño en los órganos de representación, pero quedaron descabalgados, han acabado encontrando acomodo en un segundo escalón del Consell que además se amplía en número.

Aunque no es extraño que los diferentes gobiernos autonómicos, de todos los colores, acudan a personas con profundo perfil político para asumir la gestión, en este caso el recurso ha sido de tal calibre que más de la mitad de altos cargos viene de este caladero.

Según las cuentas realizadas por Levante-EMV, los dirigentes que antes habían estado a nómina de las instituciones o bien forman o han formado parte de ejecutivas de los partidos ascienden a 67 de los 125 designados, sin contar a los consellers. El recuento solo incluye aquellos que de forma activa han estado en primera línea, es decir, personas que en el pasado tuvieron participación activa. En realidad, la cifra de los políticos metidos a gestores sería aún mayor si se incluyera aquellos que tienen carné.

Por partidos, el PSPV es el que más ha recurrido a su propia cantera. Un total de 31 de los 67 nombrados provienen de las propias filas. Prácticamente la mitad de todos los cargos con perfil político es socialista. Le sigue Compromís con 25 y EU, con seis. Llama la atención que la formación que lidera Rosa Pérez Garijo ha recurrido al partido para ocupar todos sus cargos, más incluso que Podemos, que tiene cinco.

Todas las conselleries tienen políticos, pero algunas disparan los porcentajes. Se lleva la palma la Conselleria de Economía en la que repite un histórico del Bloc como Rafa Climent y que con el 72 % lidera la clasificación de las conselleries más políticas. Ocho de los 11 cargos tienen pedigrí partidista. Dos socialistas, cinco de Compromís y uno de Esquerra Unida. Le sigue la Conselleria de Transparencia que se ha convertido en el refugio de este partido en su debut en el Consell. La coordinadora Rosa Pérez capitanea un barco donde cinco de los siete cargos son activos en los partidos. Cuatro son de EU y uno del PSPV.

Por la nutrida estructura llama la atención el desembarco de políticos en la Presidencia y en la Vicepresidencia primera y Conselleria de Igualdad. En el Palau, el presidente Ximo Puig se ha blindado políticamente con históricos de su partido, en su mayoría diputados de su grupo parlamentario cuando fue portavoz en las Corts. Nada menos que diez son reconocidos socialistas y solo se ha colado una representante que fue concejala de Compromís.

Pugna por liderar la izquierda

En la conselleria de Mónica Oltra ocurre lo mismo, pero con cargos ligados a Compromís, bien del Bloc o de Iniciativa. De los 16 cargos nombrados ocho son políticos de pura cepa. La Vicepresidencia segunda, donde se estrena Podemos, tiene al igual que la conselleria de Oltra un 50 % de políticos, pero con perfiles muy reconocibles por su actividad en el Congreso o en las Corts (cuatro de ocho). La radiografía del segundo escalón de estos tres departamentos, buques insignia de los tres partidos del Botànic, es toda una declaración de intenciones. El tripartito aspira a permanecer unido toda la legislatura, pero ninguno renuncia a capitalizar políticamente su gestión en una soterrada batalla por el control de la izquierda. Con todo, muchos de los directivos son cargos que se quedaron descolgados en procesos de elección interna. Por encima del 50 % con pasado se encuentra también la Conselleria de Agricultura y la de Educación. En la primera se estrena la dirigente de Iniciativa y exdiputada Mireia Mollà que ha nombrado a ocho de los 12 cargos muy reconocibles en el mundillo político. Cuatro de ellos defienden los colores de Compromís, tres del PSPV y uno proviene de Podemos.

En la conselleria de Marzà el porcentaje se eleva al 58 % con siete de los 12 que figuran en el organigrama, cuatro con carné socialista y tres que han sido cargos electos en las filas de Compromís. Marzà cuenta con otros altos cargos afines, pero con otro perfil y que no han ocupado cargos políticos, pero que provienen del activismo docente o de sindicatos. Casos como los de Eva Coscollà o Rubén Trenzano, claramente vinculados a Compromís y que ya ocupaban el cargo la legislatura anterior no están contabilizados.

En el reverso de la moneda se encuentran las conselleries que han preferido echar mano de técnicos. Las dirigidas por independientes como la de Justicia (Gabriela Bravo se presentó en las listas socialistas, pero no tiene carné) y la de Innovación, con la exdecana del colegio oficial de ingenieros de telecomunicaciones Carolina Pascual al frente.

En el caso de Bravo, la conselleria de Justicia tiene dos cargos con carné de los siete nombrados, la misma proporción que la de Innovación. También ha optado por un perfil muy profesional la Conselleria de Sanidad que dirige la exdiputada socialista Ana Barceló. En este departamento, de los diez altos cargos nombrados, tres son políticos, dos del PSPV y uno de Compromís.

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