«Tenemos gasolina para que se desarrollen lluvias torrenciales» este otoño. Así de gráfica es la previsión del catedrático de Análisis Geográfico y director del Instituto de Climatología de la Universidad de Alicante (UA), Jorge Olcina. Las sucesivas olas de calor que estamos sufriendo este verano han elevado la temperatura del mar a entre 27 y 28 grados en algunas zonas de la costa valenciana, que si se combinan en otoño con aire frío en las capas altas de la atmósfera podrían dar lugar a la temida gota fría.

El catedrático indica que «estas temperaturas en el agua del Mediterráneo frente a nuestras costas son un factor de riesgo importante para el posible desarrollo de tormentas fuertes». Además, el calentamiento se ha producido de manera muy rápida, puesto que en junio el mar estaba por debajo del que suele ser su temperatura habitual para esas fechas.

El experto cree que el riesgo de lluvias fuertes se prolongará este año hasta bien entrado noviembre, ya que se espera un inicio de otoño caluroso.

Olcina recuerda que este verano está siendo especialmente caluroso como indicaban las previsiones. Parecido al registrado en 2012 y en 2015. Y ambos años se sufrieron gotas frías en otoño. Pero ninguna fue tan fuerte como la sufrida en la Marina Alta en 2007, cuando se registraron más de 400 litros por metro cuadrado.