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Análisis

La alianza de las derechas que impulsa Casado choca con los intereses del PPCV

Los populares de Isabel Bonig no contemplan un acuerdo con Ciudadanos y Vox e insisten en recuperar votos en el centro político

Isabel Bonig preside una reunión del consejo de dirección del PPCV. m. a. montesinos

Formalmente todos los cargos del PPCV a quienes se les ha interrogado estos días por el proyecto España Suma (y su marca autóctona Comunitat Valenciana suma) han evaluado de forma positiva la idea de Génova de promover una alianza electoral de las derechas. La oferta, que en un primer momento se centró en Ciudadanos, fue calificada de «saludable» por el diputado y presidente del PP de Castelló, Miguel Barrachina, y por el portavoz de Economía en las Corts, Rubén Ibáñez.

Este último, no obstante, introdujo el pasado lunes un matiz al precisar que plasmar esta unión en un acuerdo electoral podría quedar lejos de la realidad. Génova lanzó la marca España Suma bajo la influencia de Navarra Suma, la plataforma que aglutinó a UPN, PP y Ciudadanos en la comunidad foral y ganó las elecciones generales y autonómicas. Así, la número tres del partido,

Aunque Casado sólo ha encontrado desplantes por parte del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, decidió replicar la marca en todas las regiones sin excepción y ahora ha extendido la oferta a Vox, el partido de extrema derecha con el que ha cerrado acuerdos en Andalucía y Madrid. La mano tendida a Vox, incluso a Ciudadanos, chirría en una organización territorial, como es el PPCV, que poco o nada tiene que ver con la realidad electoral de Navarra. De hecho, los populares que dirige Isabel Bonig están más cerca del presidente gallego Alberto Núñez Feijóo respecto a este asunto que de Génova.

El gallego vino a poner negro sobre blanco una realidad: que cada territorio es diferente y que lo que vale en uno, puede ser contraproducente en otros. Y eso, aunque sin verbalizarlo, es lo que se reflexiona en el PP valenciano. En Galicia, Feijóo tiene motivos para rehusar una alianza electoral. El PP no ha perdido su hegemonía y ni Ciudadanos ni Vox les ha ganado terreno electoral. En la Comunitat Valenciana no ocurre lo mismo. En 2019, los populares han dejado de ser el partido más votado y parte de su electorado se ha ido a Ciudadanos y a Vox. Los populares de Isabel Bonig siempre pensaron (y así trataron de hacerlo valer) en la campaña electoral que el partido debía pelear el centro político y evitar que Ciudadanos se quedara con este caladero.

La cúpula regional pensaba entonces que los votos a Vox estaban ya perdidos y que no merecía la pena contribuir a agrandar un partido que, sólo por la novedad, ya atraía simpatías. Pasadas las elecciones y confirmada la fractura del voto de la derecha, los populares valencianos no creen que toque ahora tender la mano a la ultraderecha o acercarse a ella. Si el partido de Santiago Abascal acaba perdiendo fuelle, lo lógico es que esos apoyos regresen al partido.

En realidad, el mayor problema de los populares valencianos es impedir que Ciudadanos siga comiéndoles terreno. El resultado de las pasadas elecciones autonómicas ha evidenciado que el partido naranja pisa los talones al PP. Ciudadanos se ha quedado a un solo escaño del PP y su portavoz en las Corts, el mediático Toni Cantó, está decidido a disputar a Bonig el liderazgo de la derecha.

Acento regionalista

Lo cierto es que Ciudadanos y el PP comparten muchos asuntos, sobre todo con el giro que ha supuesto la llegada de Cantó. La política educativa y lingüística son bandera para ambas formaciones. Muchos discursos son intercambiables. Ahora bien, el PP quiere mantener su acento regionalista, un matiz que no existe en Ciudadanos cuyo discurso es idéntico en Madrid y en la C. Valenciana.

Ya Bonig, tras el los últimos fiascos electorales, trasladó al líder nacional del PP, Pablo Casado, la conveniencia de que Génova diera cierto margen de maniobra a las organizaciones territoriales. Los de Bonig creen que el discurso nacional y autonómico puede ser compatible, pero siempre y cuando la tendencia a la recentralización de la actual dirección no trastoque los intereses y el discurso del PPCV.

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