«Mi yaya venía de un mas en medio del Penyagolosa, apenas sabía escribir y no sabía leer... Firmaba con el dedo. Mi yayo se dejaba la piel bajando el hielo del Penyagolosa para poder vivir... Mis yayos casi no sabian ni leer ni escribir y su nieto es el conseller de Educación». Con este emocionado recuerdo personal, Vicent Marzà prometió ayer seguir otros cuatro años dejándose la piel como conseller por hacer de la educación «un motor de libertad y transformación social para que nadie se quede atrás».

Al no haber traspaso de cartera, la vicepresidenta del Consell y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, le entregó a Marzà una carpeta con el código de transparencia y buen gobierno «para que nunca más ningún gobernante avergüence a los valencianos».

«Han sido cuatro años de intenso trabajo en el que literalmente nos hemos dejado la piel y ha valido la pena hacerlo por cada niño que no ha de pagar los libros, por cada familia que ya no tiene que pasar vergüenza por no poder costear el comedor escolar, por los maestros que ya no son despedidos...», dijo. «Necesitamos que nos sigáis apretando para seguir avanzando en la construcción de una sociedad mejor», pidió el conseller a los representantes de la comunidad educativa y del mundo de la cultura que asistían al acto.

Vicent Marzà concluyó con una estrofa de la canción que Xavi Sarrià ( Obrint Pas) dedicó a Mavi Dolç, profesora y activista de la enseñanza en valenciano desaparecida en 2009: «Encara amb la mateixa passió/ fidels a aquell somriure que mai no oblidarem/ camí de la victòria,/ seguim,/ seguirem».