Casi dos años después del fundido a negro, el profesor de Comunicación y extrabajador de la tele Carlos López Olano publicó la primera tesis doctoral sobre RTVV: Los mecanismos de control de los informativos en las televisiones públicas. El caso Canal 9. López Olano sintetizaba una serie de «factores negativos» en el funcionamiento del ente público. A saber: «espiral de mala gestión» (incluida la «corrupción endémica»); «mal ambiente de trabajo»; «un modelo de programación inadecuado», que quiso competir con las privadas, lo que ha contribuyó a su «desprestigio»; y como resultado de todo ello: el descenso «persistente y continuado de la audiencia». Más recientemente, después de verano de 2018, López Olano presentaba su libro RTVV: paradigma de la triple crisis de las televisiones públicas en el que hacía hincapié en cuestiones como «la desastrosa gestión económica y la deuda financiera, la falta de pluralidad informativa, la pérdida de identidad del medio y el desarraigo en la sociedad valenciana».
Sin embargo, no todo ha sido negativo en esta aventura fallida. El periodista y docente subraya que en la primera época de Canal 9 se cumplió una de sus primeras misiones: «Ayudar a convertir el valenciano en una lengua de uso común, en distintos registros y ámbitos de la sociedad valenciana». En esa línea, para el sector audiovisual fue importante el doblaje de series y películas que se adquirían fuera, y en menor medida de lo que hubiera sido deseable la producción propia de programas o espacios de ficción como el criticado Tómbola, que tuvo grandes éxitos de audiencia, o la teleserie l'Alqueria Blanca.
López Olano, que ha participado en numerosas investigaciones y publicaciones científicas, defiende que la época en la dirección general de Rosa Vidal constituyó una ventana abierta a la esperanza -a una gestión eficaz en lo económico y plural en lo informativo- que lamentablemente no duró más que 13 meses. Con ella quizá se perdió la esperanza de haber reconducido el barco a la deriva que luego encalló y se hundió.
