Los datos derivados de la literatura científica indican que el 50 % de los niños presentarán en algún momento de su desarrollo problemas con el sueño; de ellos, un 4 % presentarán un trastorno del sueño que precisará tratamiento tal como afirma el doctor Gonzalo Pin, jefe del Servicio de Pediatría y de la Unidad de Sueño de Hospital Quirónsalud Valencia.

Estos trastornos del sueño se pueden manifestar como un tiempo total de sueño diario inadecuado tanto por defecto como por exceso para su edad, un sueño poco reparador o fragmentado y/o la aparición de episodios de sueño en momentos del día no programados para el mismo dando lugar a lo que hoy en día conocemos como cronodisrupción, situación que refleja la falta de armonía entre el reloj interno del niño y el reloj externo del ambiente que rodea al niño.

En la actualidad aún sabemos muy poco de las funciones que cumple el sueño pero sí que nos acurre cuando el sueño falta.

«Cuando dormimos -explica el doctor Pin- se produce una especia de limpieza de nuestro cerebro retirando una serie de sustancias que producimos como desecho durante la actividad del día. Es decir, el sueño es como el camión de la basura de nuestro cerebro, por la noche lo limpia y deja las calles que conectan nuestras neuronas perfectamente limpias para que la información pueda circular sin problemas al día siguiente.

Así pues, si los niños duermen poco, mal o en momentos del día no programados para ello, al día siguiente tendrán más dificultades de aprendizaje, controlarán mal su humor o su conducta y si esta situación se convierte en crónica se afectará su sistema de defensas frente a las infecciones, tendrán más tendencia a ser obesos o diabéticos entre otras patologías».

Este tipo de problemas de sueño se han visto incrementados en las últimas décadas por los nuevos modelos de vida marcados por horarios inadecuados y la inmersión de las nuevas tecnologías en los hogares. Como afirma el especialista de sueño de Quirónsalud, «los rápidos cambios en nuestras costumbres de vida, el alejamiento del juego al aire libre y del contacto con la naturaleza, unidos al mal uso de la tecnología y nuestros horarios, especialmente tras la introducción de la jornada escolar continuada, no favorecen una buena higiene del sueño; al contrario, muchos de nuestros niños sufren lo que llamamos 'jetlag' escolar con un déficit crónico de sueño y unos horarios de sueño no acordes con su reloj biológico interno que puede estar condicionando la calidad de vida de las futuras generaciones».

La doctora Adalgisa de Caro, pediatra del Hospital Quirónsalud de Murcia aconseja seguir estos consejos para una vuelta al cole sin sobresaltos:

Adaptarse de forma progresiva al horario escolar una o dos semanas antes del inicio del curso.

Cumplir los horarios incluso los fines de semana.

Aprovechar las vacaciones para instaurar un hábito tan saludable como es el desayuno en familia.

Preparar con ellos el material escolar, comprar los libros, forrarlos, preparar el uniforme o la ropa escolar, la mochila, etcétera.

Ayudarles con el repaso de los deberes estivales, siempre reforzándoles y elogiándoles en sus logros.

Hablarles de las cosas positivas que implica el inicio del nuevo curso, como encontrarse con sus amigos, conocer niños nuevos, aprender cosas, excursiones...

Escucharles, responder a sus preguntas, inquietudes y miedos. Darles confianza y apoyo.

Realizar por las tardes actividades físicas como ir al parque, montar en bici, patinar para ayudarles a liberar el estrés y eliminar de sus mentes las preocupaciones y miedos.

Acompañarles el primer día de colegio y recogerles, siendo puntuales y mostrándonos alegres, interesándonos por todo lo que nos cuentan sobre su experiencia.

No transmitirles nuestra ansiedad, miedos y pereza a la hora de tener que volver a nuestros respectivos trabajos.