Una niña valenciana de ocho años resultó herida ayer, con cortes en una pierna, al caerle cascotes del revestimiento de un techo de la concatedral de Santa María de la Redonda de Logroño, por un accidente provocado por una grúa de una obra anexa al templo pero no relacionada con él.

Las primeras informaciones del suceso relacionaban el accidente con unos trabajos en el interior, pero, en realidad, la causa del derrumbe ha sido un accidente de una grúa en el exterior, aclaró el deán de la concatedral, Federico Nalda. En la zona anexa a este templo se construyen unas viviendas, y una gran grúa giró hasta golpear uno de los pináculos del exterior de la Redonda, parte del cual ha caído sobre una bóveda, causando un agujero en la misma.

Los cascotes de este agujero cayeron al suelo en el interior de la concatedral, justo en una de las zonas de mayor interés turístico, junto a la tumba del General Espartero y a un cuadro atribuido a Miguel Ángel.

Una familia de valencianos, que estaba de visita, pasaba en ese momento y la niña, de ocho años, sufrió cortes en una pierna.