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La Gran Dama I, de Sito Miñanco, al servicio militar en las costas valencianas

Justicia adjudica una lancha semirrígida incautada al narco gallego al Mando de Operaciones Especiales de Rabasa

La Gran Dama I, de Sito Miñanco, al servicio militar en las costas valencianas

Quince horas. Es el tiempo que una grúa para transportes especiales de Mutxamel escoltada por un vehículo del Ejército con cuatro militares a bordo ha empleado en salvar los más de mil kilómetros que separan Alicante de Pontevedra, de donde ha sido trasladada una potente embarcación incautada al narco gallego Sito Miñanco que el Mando de Operaciones Especiales (MOE) de Rabasa va a utilizar a partir de ahora en sus maniobras.

Bautizada como Gran Dama I, la lancha semirrígida de más de doce metros de eslora y cuatro motores fueraborda que suman una potencia de 1.400 cv, podrá purgar así las culpas de su anterior y disoluta vida, cuando la organización que dirigía el capo de Cambados la utilizaba para recoger cocaína en pleno Atlántico burlando a sus perseguidores. Presuntamente.

La adjudicación al MOE de la Gran Dama I, que pasa a formar parte del patrimonio del Ejército, ha sido acordada por la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA), un órgano dependiente del Ministerio de Justicia cuya función es auxiliar a jueces y fiscales en la localización, conservación y administración de bienes procedentes de actividades delictivas. Algo que hasta la creación de este organismo, en 2015, se venía realizando de modo discrecional por los jueces que ordenaban las incautaciones, como es el caso del yate de la reserva marina del cabo de San Antonio, requisado también en una operación de tráfico de droga y adjudicado para ese cometido por un magistrado destinado en aquellos momentos en Dènia y quien venía actuado de este modo desde 2005.

De estas adjudicaciones de bienes de procedencia ilícita, que requieren una solicitud previa por parte de los interesados, no sólo pueden sacar partido Fuerzas Armadas, Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Policía Local, Cruz Roja y hasta hospitales, entre otros, sino que evita el gasto que supondría para la Administración tener que asumir el depósito, el mantenimiento y, en su caso, el desguace de estos efectos incautados. Luego el beneficio es doble.

«Se trata de que el delito no resulte provechoso cuando, además, no hay nada que le haga más daño a un delincuente que se que le quiten sus bienes», precisa un miembro de la ORGA que en su carrera profesional como magistrado ha adjudicado hasta a un museo piezas arqueológicas que había requisado.

El traslado hasta Alicante por carretera de la Gran Dama I, que ahora duerme en una nave propiedad del Ejército a la espera de ser matriculada para que pueda entrar en acción, fue todo menos sencillo. La presencia del coche militar que durante todo el trayecto escoltó al vehículo de Grúas Mutxamel que transoptaba la planeadora no fue suficiente para evitar que la Guardia Civil de Tráfico detuviera al convoy. Lo hizo poco después de partir del astillero pontevedrés de O Facho, donde se encontraba la Gran Dama junto a otro yate de 17 metros de eslora que, no encontró salida debido a su descomunal tamaño.

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