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El cambio de ciclo turístico no llega a la C. Valenciana: playas y ciudades al 90 %

En medio del frenazo del sector en España, el verano apunta a otro récord en visitantes extranjeros pese al 'brexit' y la recuperación de los competidores

El cambio de ciclo turístico no llega a la C. Valenciana: playas y ciudades al 90 %

El sector turístico de la C. Valenciana se ha instalado en una plácida prosperidad. Si Barcelona sufre una crisis de seguridad con eco internacional, y una saturación en sus barrios emblemáticos con consecuencias sociales demoledoras como el encarecimiento de la vivienda, València disfruta de la calma mediterránea. Crece, pero más en rentabilidad que en afluencia, difuminando las fronteras entre la temporada alta y baja; con distintos mercados afluentes que evitan la dependencia de un solo país, y con perspectivas más o menos sostenibles pese al fenómeno de los apartamentos que ha puesto en pie de guerra a más de un barrio.

La Costa Blanca, el otro buque insignia del turismo autóctono, también cierra un verano de «notable», en palabras del presidente de la patronal hotelera Hosbec, Toni Mayor. Mientras Canarias llora el azote de la competencia de los países del Mediterráneo Oriental, esos resorts turcos que disfrutan de ayudas de Estado y costes laborales de saldo que les han permitido tirar los precios para recuperar todos aquellos turistas «prestados» años atrás por los problemas de terrorismo; la Costa Blanca, por su parte, mantiene el crecimiento en ocupación y apenas nota el impacto del brexit, con nuevos mercados emergentes como Portugal o Italia que compensan la merma.

Récord de extranjeros (otro más). A estas alturas del verano los análisis son provisionales, pero el avance de julio permite atisbar ya otro año de récord. La C. Valenciana se mantiene como un oasis ajeno al cambio de ciclo del sector en España. En julio, al tiempo que en el conjunto del país descendían las llegadas, en la autonomía crecieron por encima del 10%. Un escenario insólito frente a las caídas acusadas de Cataluña, Andalucía, Canarias o Baleares. Por países, destaca en los siete primeros meses del año el incremento del mercado francés (+?,??), el alemán (+???) o el italiano (+??,??), que han compensado la caída de afluencia del británico, principal sostén.

¿Cambio de ciclo? El mejor agosto de la década en la Costa Blanca. Los empresarios de la Costa Blanca afrontaban con temores la temporada alta. El ruido que surgía de los pasillos de las ferias internacionales de Londres y Berlín, unido a los augurios de la patronal Exceltur, ha llevado a muchos hoteleros a lanzar promociones (niños gratis) y descuentos en sus paquetes vacacionales que quizá no hubieran sido necesarios. Porque llegado el verano, la demanda no ha fallado. «Españoles y portugueses son los mercados responsables de la buena marcha del turismo durante la campaña de verano. Si los datos de ocupación de Benidorm se saldaban con un incremento de casi dos puntos en la ocupación hotelera de agosto, con una segunda quincena que ha rozado el lleno técnico (94,4%), el resto de la Costa Blanca sigue la misma tendencia y crece también más de 2,2 puntos hasta el 92,2% durante este mes, marcando el mejor dato de ocupación hotelera de los últimos diez años», apunta la patronal hotelera Hosbec.

¿'Turismo prestado'? Ahora es 'turismo fiel'. Una de las incógnitas con que se afrontaba 2019 (ocurrió incluso 2018) es la de comprobar cuántos de los turistas que han aterrizado estos años en las costas valencianas lo hacían atraídos por sus productos o por descarte frente a la inseguridad de otros emplazamientos. Toni Mayor, presidente de Hosbec, lo tiene claro: «Aquellos destinos compiten con Canarias, no con nosotros». Desde la Generalitat exhiben los números para evidenciar que la autonomía aún no ha tocado techo: «El avance de resultados finales para agosto y la previsión para septiembre muestran para el conjunto de la C. Valenciana crecimientos superiores a la media nacional en número de turistas internacionales y su gasto en destino, pernoctaciones y ocupación hotelera y extrahotelera, número de afiliados a la Seguridad Social en ramas características del sector turístico, hacen que 2019 pueda calificarse ya, de nuevo, de un buen año turístico. Las perspectivas indicaban un pequeño descenso o mantenimiento, pero se está comprobando que se mantiene la tendencia positiva», explican desde la agencia autonómica Turismo Comunitat Valenciana de Francesc Colomer.

De hecho, para el conjunto del año se espera mantener la tendencia positiva y cerrarlo con datos aún algo mejores en muchos indicadores que los de 2018 (año turístico ya de por sí muy positivo para la C. Valenciana). «Esto supone un análisis positivo con respecto a la capacidad que el sector turístico de la C. Valenciana está teniendo para fidelizar a un supuesto turista prestado de años anteriores, en los que algunos mercados 'rivales' se vieron afectados por circunstancias que les hicieron perder cuota de mercado. Sin embargo, pese a su recuperación y a la agresiva campaña de precios que llevan a cabo, nuestro sector no se ha visto resentido», añade Colomer.

València no parece tener techo. Si Benidorm resiste como una roca ante los vientos en contra, la capital no deja de acelerar, convertida en destino urbano consolidado en la liga europea. Hablan los datos de la Oficina Turismo València: un 10,4% más de viajeros extranjeros hasta julio; un 5,6% más de ocupación en agosto, con un aumento del precio medio de la habitación de un 10% (93 euros); la rentabilidad (revpar) crece un 15,8% en agosto; aumenta el empleo un 2,3% en hoteles y un 27% en los apartamentos, y en el aeropuerto el tráfico internacional vuela por encima del 10% anual.

«No sólo seguimos creciendo sino que lo hacemos bien, con más rentabilidad, más desestacionalizados y cada vez más cosmopolitas y diversificados en mercados. Y la razón principal es el incremento de la conectividad, que es donde hemos centrado todos los esfuerzos de promoción», apunta Toni Bernabé, director de la Oficina Turismo València. ¿Hay un efecto desplazamiento de turistas por la crisis de seguridad en Barcelona? «València es más visible que antes y cuando Barcelona tiene problemas, València se percibe como alternativa», añade el experto.

Rentabilidad: la mejora va por barrios. Elevar los márgenes es la obsesión del sector y de la administración. Cualificar la oferta con nuevos productos culturales, gastronómicos o deportivos para mejorar el nivel del turista medio es el objetivo de la Generalitat. El Ayuntamiento de València, por su parte, insiste en mejorar las conexiones aéreas de Manises, tendiendo puentes con las capitales de los países nórdicos en busca de esa perfil (hoy solo Copenhague). Y en la Costa Blanca, los hoteleros no dejan de invertir en reformas (50 millones el próximo invierno en otras cinco reformas integrales) que comportan incremento de estrellas y, con ello, precios más caros.

Por lo general, la estrategia está funcionando. Según los datos de Turismo Comunitat Valenciana, la rentabilidad hotelera se incrementa hasta julio un 1,9%, aunque con resultados algo distintos según provincia de destino, «y esta tendencia se prevé que se mantenga para el conjunto del año».

«El precio medio de julio deja un ingreso por habitación algo inferior, y en agosto se mantiene plano», apunta Luis Martí, presidente de la Confederación de Empresas Turísticas de la C. Valenciana. Las promociones ante la expectativa de una caída de ocupación y las ofertas de última hora para acabar de llenar los hoteles han atacado los márgenes, añade.

La cara 'b': camareros en pie de guerra. Y por debajo de los grandes números, alguna realidad conflictiva. Desde hace cinco años, el sector de la hostelería tiene bloqueado el convenio colectivo, donde los trabajadores exigen mejoras salariales y han llegado a amenazar con una huelga este verano tras un año de negociaciones infructuosas. La parte empresarial confía en cerrar un acuerdo este mismo mes. Además, los datos de desempleo no son buenos. Como cada septiembre, las cifras del paro dibujan un sector muy marcado por la estacionalidad y la temporalidad pese a los esfuerzos por mantener la actividad todo el año.

Cierres de playas con aguas contaminadas. Frente al incremento de la criminalidad en Barcelona, la C. Valenciana este verano más que nunca ha podido ofrecerse como destino mediterráneo menos concurrido y, sobre todo, seguro. Una temporada tranquila. «Lo más significativo y hay que rectificar es el problema de las aguas fecales que ha provocado el cierre de algunas playa en València, Vinaròs o Dénia. No puede volver a ocurrir, es muy malo para la imagen del destino C. Valenciana», apunta Luis Martí.

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