La primera noticia en la que este periódico escribe «barracones» es de 1986. En ella se habla del «gueto escolar» en el que estudiaban niños y niñas de Burjassot. Desde entonces, han pasado 33 años en los que lo que debería ser un «parche» temporal se convirtió en una realidad cronificada, que fue a más con los últimos consells del PP. Esto ocurrió en el CEIP 103 de València, en el que hasta tres promociones cursaron todo Infantil y Primaria en aulas prefabricadas, durante 11 años.

Ayer, la comunidad educativa del CEIP pasó página -igual que otros seis centros valencianos- e inauguró nuevas instalaciones, a las puertas de las cuales no había otro tema de conversación. «¡Ya era hora que nos hicieran un colegio, estoy muy contenta!», explicaba Mari Carmen, que esperaba en la salida a su nieto. Roberta, una madre, apuntaba que este es el último año de su hija en el cole: «Me parece todo extraordinario y, si ya había buen ambiente, aquí más, porque ahora por fin también tenemos las infraestructuras. Mi hija estaba muy nerviosa y animada por la mañana, como todos, y se despertó muy pronto».

Dori reconocía que «ha costado, pero por lo menos lo hemos estrenado», mientras que su nieto Javier de 6º, apuntaba que el nuevo colegio es «mejor que el otro, sin duda, y todo es gigante», como también opinaba Camila, de 5º, que ve las instalaciones «muy grandes».

Quienes no estaban tan contentos eran los alumnos de 6º B de 2018-19, que después de acabar su primer día de instituto, se habían reunido en la puerta para ver cómo era el cole que, para ellos, llega tarde. «Una injusticia», decían.

La falta de sombra y juegos en el patio, el calor en las aulas o los mosquitos, son algunos de los «peros» que las familias y escolares comentaron el primer día y que esperan que se solventen. «Tal vez falten detalles, pero no teníamos pensado venir ahora y todos estamos contentos», afirmaba Alejandra, una madre, que recordaba la cantidad de veces que desde el centro llamaron a las familias cuando llovía y se suspendían las clases por las filtraciones. Miguel, junto a sus pequeños María y Fran, reivindicaba que «los niños merecían algo mejor».

El CEIP 103 fue inaugurado por un desembarco de políticos sin precedentes. El presidente Ximo Puig afirmó que esta va a ser la legislatura del «reseteo global» de infraestructuras, ya que casi la mitad van a ser remodeladas o tendrán un nuevo edificio, anunció. Por su parte, el conseller de Educación, Vicent Marzà, destacó que este colegio «no ha desfallecido nunca» y «cómo han conseguido hacer piña padres y profesores para llegar hasta aquí». Asimismo, el alcalde de València, Joan Ribó, lamentó que el 103 «es un símbolo» que vivió «años de maltrato y abandono». Al acto también asistieron la vicealcaldesa, Sandra Gómez, que reivindicó «la política que suma», y los vicepresidentes del Consell, Mònica Oltra y Rubén Martínez Dalmau, entre otras autoridades.

«Se puede hacer mucho más»

A muy pocos metros de la Ciutat de les Arts i les Ciències, el 103 se convirtió en todo un símbolo de los «efectos colaterales» de la corrupción y el despilfarro en la Comunitat Valenciana. Ahora que su lucha ha acabado y como dice la presidenta del Ampa, Raquel Lafarga, ya se «olvidan de la pesadilla de los barracones», ayer estuvieron también al lado del CEIP Cremona de Alaquàs, que por 13º curso, siguen sin colegio de ladrillos, después de que la constructora modificara el proyecto y las obras se retrasaran.

Esa es la otra cara de la moneda, que ayer se encargó de exponer Màrius Fullana, presidente de Fampa València, junto a algunos coordinadores comarcales y de barrio. «Se han dado pasos, pero podemos hacer mucho más», insistía Fullana. «Necesitamos infraestructuras inmejorables, aún tenemos 13 centros totalmente en barracones y muchos más parcialmente», recordó, y añadió que algunos de, por ejemplo, la Safor y l'Horta, empiezan con zonas en obras «y las condiciones no son las mejores».

La federación que representa a 633 ampas solo en la provincia de València eligió el CEIP Sant Àngel de la Guarda de València para iniciar el curso. Totalmente en barracones y a 20 minutos de su ubicación inicial, la construcción de una nueva escuela es una demanda de hace más de 20 años, como explicó el presidente del ampa, Antoni Bartual.

Desde Fampa también pidieron la construcción del IES Patraix y criticaron que algunos centros, como el IES Patacona de Alboraia o el Comarcal de Burjassot, están al doble de su capacidad, igual que el «masificado» IES les Alfàbegues, de Bétera. Uno de los problemas en estos «megacentros» es la falta de conserjes suficientes y de personal de administración, según Fampa València. «Hay que evaluar realmente las necesidades de personal y dotación», reclaman.

Asimismo, otros de los problemas que piden que el Consell resuelva son las «carencias» de Edificant, ya que «en muchos municipios aún no se ha actuado y el programa va con retraso».

Además, las familias solicitan la derogación total de la Lomce y una nueva legislación que incluya «mayor participación» para las asociaciones de padres y madres, «lo que significa poder de decisión», tanto en el Consell Escolar como a la hora de redactar decretos autonómicos, manifiestan.