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Análisis

Cohesión en la tribuna, tensión en los pasillos

El Botànic se da un respiro en la pelea por los recortes, pero Compromís mantiene la crítica a Sánchez y cuestiona las dependencias del PSPV

Puig, Oltra y Martínez Dalmau se saludan antes del pleno de ayer ante las cámaras. efe/aliño

La cuerda que une al Botànic II está tensa, pero sus socios (léase PSPV, Compromís y Unides Podem) son conscientes del riesgo de estirarla mucho. Quizás por ello, el tripartito se esforzó ayer en las Corts en bajar el tono y escenificar la paz dentro del Ejecutivo, mientras el rifirrafe político quedó circunscrito al ámbito más partidista y con el Gobierno de Pedro Sánchez como diana.

El primer pleno de las Corts tras las vacaciones estivales fue el escenario de esta paradoja: contención en lo que toca a los asuntos que dividen al Consell y barra libre para posicionarse políticamente con unas posibles elecciones de fondo. Así, a la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, se le vio en el estrado con un tono moderado, centrado en su programa social y alejado del que había exhibido estos días contra el tijeretazo en las cuentas y el Gobierno de Sánchez por no dar solución a la infrafinanciación.

Oltra arrancó con una apelación «al consenso, el diálogo, la negociación y el acuerdo», valores que, subrayó, encuentran en el Botànic II «el mejor ejemplo». Reivindicó la financiación, pero sin estridencias. «No es una exigencia egoísta sino un imperativo político y moral», dijo. Su única alusión velada al recorte, aunque sin citarlo, fue el compromiso de evitar que la infrafinanciación «repercuta sobre las espaldas de los valencianos». No hurgó en la herida ni entró al trapo cuando desde el PP se le exigió un compromiso de plantarse ante los recortes.

Con ese objetivo de mostrar cohesión, pudo verse en la bancada del Gobierno la foto conjunta de los máximos responsables del tripartito. El presidente Ximo Puig se desplazó a las Corts para escuchar a su vicepresidenta, mientras que ella también quiso arropar desde su escaño al vicepresidente segundo, el podemista Rubén Martínez Dalmau, que intervino después en un tono institucional. Por la tarde habló el titular de Hacienda, Vicent Soler, quien fue muy duro con la oposición, obviando cualquier alusión crítica a sus socios. No fue tan así en el turno de réplicas: la portavoz adjunta de Compromís, Aitana Mas, señaló a los socialistas: «La estrategia del Consell no puede depender de los equilibrios internos de un partido», dijo, y reivindicó la posición «contundente» de Compromís en este debate frente a «vacilaciones».

Pero si Puig y Oltra evitaron la escalada verbal (ninguno hizo declaraciones a los periodistas) no pasó lo mismo en los pasillos con los portavoces. El síndic de Compromís, Fran Ferri, arremetió contra la ministra Montero por negar que los recortes en los presupuestos de la Generalitat tengan que ver con el bloqueo de las entregas a cuenta. «Una falta de decencia política», dijo.

El portavoz socialista, Manolo Mata, acusó a su homólogo de estar condicionado por las posibles elecciones y buscar con sus críticas a Sánchez rédito electoral. Con todo, la prueba de fuego de que Compromís aprieta pero no ahoga es que se unió al PSPV en el veto a la iniciativa del PP para que la ministra Montero acudiera a las Corts.

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