Las aportaciones del Cànyoles como consecuencia de las intensas precipitaciones registradas de madrugada en la cuenca alta provocaron ayer el desbordamiento del río Albaida en su confluencia con el Xúquer, entre los términos municipales de Villanueva de Castellón y Alberic. La crecida del río Albaida fue tan rápida como espectacular y algunas fuentes consultadas, entre ellas la alcaldesa de Senyera, Paqui Momparler, apuntaban que no habían visto una avenida similar desde las inundaciones de 1982. Afortunadamente esta vez no había llovido en la cabecera del Xúquer, lo que facilitó el desagüe del Albaida a pesar del mar de cañas que avanzaba con la crecida, y la inundación únicamente afectó a los cultivos de algunas partidas rurales.

La Ribera se había acostado pendiente del cielo por la amenaza de gota fría aunque después de una noche en la que se registraron precipitaciones moderadas -la estación que la red de Avamet tiene en la Casella marcaba por la tarde un acumulado máximo en la comarca de 50 l/m2-, los afluentes del Xúquer se convirtieron en la principal preocupación dados los registros de lluvia en la Vall d'Albaida o la Costera, además de la comarca del Comtat. Cabe recordar que, además del Cànyoles, también el Clariano desemboca en el río Albaida, si bien en este caso lo hace antes del embalse de Bellús, una presa de laminación que permite regular este tipo de crecidas.

Alerta por la avenida

Los servicios de emergencias y la propia Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) alertaron a los ayuntamientos de la cuenca baja del Albaida de la crecida que se iba a producir en torno al mediodía -en el caso de la Ribera este afluente del Xúquer discurre junto a Manuel, Senyera y Villanueva de Castellón- y, pese al aviso, que permitió cortar con antelación los diferentes pasos que cruzan el cauce para evitar desgracias, el nivel que alcanzó la avenida no dejó de sorprender.

«El río ha subido más que nunca y lleva una cantidad de cañas increíble. Es vergonzoso que tengamos los ríos así», comentaba la alcaldesa de Manuel, Pura Atienza, mientras mostraba sus preocupación por las barreras que éstas pudieran provocar. El aumento del caudal anegó como suele suceder en estos casos el paso desde el casco urbano a la CV-41 y el polideportivo a través del río.

La alcaldesa de Senyera, Paqui Momparler, por su parte, comentó que desde las inundaciones del año 1982 no había visto el río Albaida tan crecido, una estimación que confirmaron otros curiosos que se acercaron a contemplar la avenida del afluente. También el alcalde de Villanueva de Castellón, Òscar Noguera, dijo no recordar una crecida tan grande «y tan rápida» ya que, según la información que había recibido, la punta apenas tardó media hora en llegar de Xàtiva a Villanueva de Castellón.

Laminación en Bellús

Noguera comentó que el Centro de Emergencias había notificado por la mañana que el Cànyoles llevaba un caudal a la altura de Moixent de 630 m3/sg, que es la aportación que finalmente provocó que el Albaida se desbordara en la confluencia con el Xúquer. Òscar Noguera comentó que Bellús había retenido las aguas del Clariano y había desaguado cantidades «inapreciables». La crecida del Albaida llegó al Xúquer sobre las 13 horas y éste experimentó una notable crecida a la altura de Alberic. La velocidad del avance se frenó con la llegada al Xúquer y, de hecho, no llegó a Alzira hasta la tarde. La previsión para la tarde de ayer era similar a la del día anterior.