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"El cuidado del cauce de los ríos es clave para evitar desbordamientos"

El decano del Colegio de Ingenieros de Montes destaca la importancia de los diques de contención o pequeñas infraestructuras en las zonas altas

Tareas de limpieza del cañar acumulado en una carretera en la Vega Baja. álex domínguez

Cañas, sedimentos, y otros objetos que pueblan el cauce de los ríos son los responsables de la mayor parte del daño que pueden provocar las grandes avenidas de agua traídas por la tormenta. Por ello, el mantenimiento de los cauces de los ríos «es una tarea fundamental para tener mejores sistemas hidrológicos y que no se generen atascos». Así lo asegura Eduardo Rojas Briales, decano del Colegio de Ingenieros de Montes e invesigador de la Universidad Politècnica de València (UPV).

Otra de las tareas pendientes, según Rojas, es la de «mejorar los márgenes agrícolas para que se canalice mejor el agua y activar los terrenos abandonados, que generan problemas en este tipo de situaciones».

En concreto, el agua arrastrada por las riadas se caracteriza por tener una gran cantidad de sedimentos, lo que no la hace apta para el consumo, pero a su vez la vuelve muy buena para aplicarla en los campos agrícolas, ya que se trata de un agua especialmente rica en nutrientes.

Por ello, el decano del Colegio de Ingenieros de Montes aseguró que «debemos aprovechar estos acontecimientos para dar salida a estos recursos en acuíferos y campos agrícolas, que son muy aprovechables».

A nivel de prevención, el investigador de la Universitat Politécnica destacó el papel de las pequeñas infraestructuras como los diques de contención en la montaña o los márgenes en el campo, de cara a contener las riadas. «Es importante incidir en pequeñas infraestructuras que mejoren nuestra capacidad para retener agua y evitar inundaciones y pérdidas millonarias en el campo».

«La táctica durante las situaciones de temporal es llevar el agua al mar lo más rápido posible, y la realidad es que dejamos de aprovechar un recurso muy valioso sobre todo en las zonas de sequía en la época estival», señala Rojas. Así, aseguró que una de las tareas es aprovechar el potencial de la tormenta «para dar salida a estos recursos en acuíferos y campos agrícolas, de cara a que se pueda aprovechar este bien tan valioso».

Evitar que el agua llegue al mar

El factor clave para la acumulación del agua es la capacidad para retenerla. Según el decano de los Ingenieros de Montes, «no deberíamos dejar que toda esa agua llegara al mar, cuanto más en el interior se pueda retener de cara a aprovecharla para los acuíferos, mucho mejor ».

Para esta tarea, el estado de los bosques es fundamental, ya que ayudan a la retención de agua gracias a los pequeños diques instalados en los años 80 que hacen que parte de la lluvia se quede en la montaña y se filtre a los ríos subterráneos.

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