Ya son dos las víctimas mortales de la gota fría que durante tres días ha azotado la comarca de la Vega Baja, en Alicante. El segundo fallecido tenía 40 años y era vecino de la pedanía oriolana de La Matanza. Fue encontrado por los boinas verdes de Rabasa cerca de un árbol después de que el día anterior, desde el aire por un helicóptero, fuera visto con problemas en su moto, pero se le perdió la pista. Con esto se elevan a seis las víctimas mortales de la DANA, dos de ellos en la provincia pues el otro es un vecino de Redován de 58 años.

La rotura de los diques de Almoradí el jueves, que era lo que más se temía, convirtió en pesadilla lo que hasta ese momento sólo se vivía en Orihuela, como era la inundación de calles. Los nuevos desbordamientos extendieron la riada a más municipios de la Vega Baja como Dolores, Daya Nueva y Daya Vieja, que quedaron completamente aislados. Las localidades que ya se encontraban anegadas volvieron a sufrir más inundaciones, como Almoradí, la que se puede considerar la zona cero de la riada. A última hora de la tarde estaba prácticamente arreglado el muro de contención que se vino abajo el viernes por la mañana en Algorfa y solucionada la brecha en la mota del río en el Azud de Alfeitamí. Al cierre de esta edición quedaba solo un palmo para que el Segura se desbordara en Rojales y el Ayuntamiento estaba evacuando a todas las personas que viven en casas bajas junto al cauce y poniendo contenciones. Es la única localidad junto a Orihuela donde el Segura discurre dentro de la ciudad.

El temporal se cobra su segunda víctima en la C. Valenciana

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Dolores sí amaneció anegada. Las calles del casco urbano tenían más de un metro de agua y la situación fue muy complicada allí. El alcalde, José Joaquín Hernández, dijo ayer que «ya sabíamos lo que venía tras la suelta de agua de Santomera y la rotura en el Segura y necesitamos todoterrenos, camiones y cubas de agua y así que si pueden venir cualquier ayuda es buena».

Rescatan a un bebé de la riada en Orihuela

Rescatan a un bebé de la riada en Orihuela

La situación en los municipios de la Vega Baja es muy angustiosa. Los rescates se multiplicaron en el día de ayer. Los servicios de emergencia rescataban ayer a 450 personas, 430 de ellas por vía terrestre y 27 a través de helicópteros. Más de 1.700 profesionales trabajan en las labores de rescate y atención a los vecinos de la comarca de la Vega Baja.

Las labores de rescate se centraron en vecinos que quedaron atrapados en sus casas de la huerta. Con la ayuda de helicópteros y lanchas los equipos de rescate fueron sacando de las zonas más inundadas a las personas que corrían peligro. Hubo quien, incluso, quiso salvar a su vecino a bordo de una barca hinchable, ante el desespero de no ver llegar a los rescatadores.

Los vecinos construyeron diques

En Daya Nueva y Daya Vieja vivieron una angustiosa jornada desde primera hora de la mañana al ver como el agua llegaba a sus núcleos urbanos. Impotencia es lo que señalaban sus vecinos al ver que era imposible frenar la fuerza de la corriente. Muchos optaron por tapiar y poner sacos en las puertas de sus casas y comercios. «Estamos preocupados por la crecida del agua y toda precaución es poca», comentaba un vecino de Daya Vieja mientras terminaba de poner ladrillos en la entrada de su vivienda. La solidaridad de los habitantes de la Vega Baja salió en un episodio tan dramático como este, ofreciendo las viviendas donde no había peligro de inundación a quienes habían tenido que abandonar sus hogares, sin saber lo que se van a encontrar cuando puedan regresar. También la solidaridad entre ayuntamientos. Rojales ofreció su Policía Local a Daya Vieja, que hizo un trabajo excepcional en el municipio vecino.

Los peces nadan por las calles de Daya Vieja

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En la desembocadura del río en Guardamar del Segura cañas y todo tipo de objetos testigos de la gota fría llegan por cientos de miles y el Ayuntamiento ha tenido que abrir el dique de contención para darle más salida a la riada.

Deficientes carreteras

Uno de los graves problemas de la comarca es el de las deficientes carreteras que la jalonan, muchas levantadas, y otras grandes infraestructuras, como la autopista a Cartagena o la autovía a Murcia, que registraron cortes por socavones o largas retenciones. De este modo, la comarca se quedó aislada en sí misma, nadie podía salir ni entrar.

Ayer fue una jornada sin lluvias en la zona pero el problema ya no viene del cielo, viene por tierra. El Segura sigue llevando una cantidad de agua brutal y la rotura que ha sufrido hace que se siga extendiendo. La gota fría ha dejado el suelo tan mojado que apenas filtra, lo que ha convertido kilómetros cuadrados de campos en piscina y las acequias, cargadas a más no poder, solo han servido para ir repartiendo el agua como una enorme mancha.

Los habitantes de la zona tardarán mucho en recuperar la normalidad pero mucho más en olvidar el peor episodio de lluvias torrenciales en 140 años, como recordaba la Aemet ayer.