El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, reclamó ayer un «Plan Marshall» de ayudas para la comarca de la Vega Baja, en Alicante, con el que responder «de forma contundente» a las consecuencias «económicas y sociales» que ha causado la gota fría de esta semana.

Puig visitó ayer Almoradí, donde las fuertes lluvias causaron la rotura de la canalización del río Segura, lo que provocó que se inundara. El presidente estuvo acompañado por la alcaldesa, María Gómez, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Mario Urrea. El jefe del Consell destacó que las previsiones de la CHS son que el caudal del río baje lentamente porque todavía tiene aportaciones importantes de agua de las montañas y de Murcia.

Puig aseguró que tiene el compromiso del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, quien ayer le trasladó en una conversación telefónica que daría la «mayor cobertura» a las necesidades de la zona por su situación catastrófica. El próximo viernes, el gobierno valenciano aprobará en pleno un decreto de ayudas para a partir de ahí seguir avanzando «en cuestiones más estructurales para el futuro de la comarca».

Pedro Sánchez visitó Orihuela por la mañana, una cita en la que no pudo estar Puig porque se encontraba en el funeral del padre de la consellera Gabriela Bravo. El presidente aseguró que el Gobierno «no va a escatimar» en recursos materiales y humanos para ayudar a los vecinos y que ve «factible» declarar la comarca como zona catastrófica.