«Una catástrofe», «es una desgracia», «la zona está devastada». Son expresiones que utilizaban ayer quienes habían podido comprobar el estado en el que han quedado los campos de las comarcas de la Vega Baja y el Alt Vinalopó tras el desbordamiento del Segura los pasados jueves y viernes por el paso de la DANA. Según los datos que manejan desde Asaja Alicante, la riada se ha llevado por delante 150.000 hectáreas de cultivo en la que es una de las zonas agrícolas más importantes del sur de la Comunitat Valenciana. Lo refrenda con cifras Ramón Espinosa, director técnico de la asociación. «En esta comarca se concentra el 50% de la renta agrícola de toda la provincia de Alicante». Las primeras estimaciones no dejan lugar a dudas: «Se va a perder el 100% de las plantaciones de hortalizas».

En esa zona predomina la alcachofa, patata, batata, boniato o brócoli, entre otras variedades. Se trata de cultivos que fueron sembrados recientemente, por lo que se encontraban en plena producción. «Esa plantación ya se puede dar por perdida en su totalidad», señalaba Espinosa tajante.

Desde los colectivos agrarios consideran que aún es pronto para hacer una estimación económica de los daños causados en el campo pero auguran que será «muy elevada». Además, el drama para muchos de los agricultores es que el coste de los daños tendrá que salir de su propio bolsillo. El representante de Asaja Alicante explica que el índice de contratación de seguros en este sector es solamente de entre el 5% y el 10%.

El único consuelo que les queda a los productores de hortaliza es que la tierra se recupera rápido. Se trata de un tipo de cultivo cuyos ciclos se miden por plantaciones. Eso significa que, aunque la producción actual se haya perdido, en tres meses habrá nueva plantación. «La hortaliza nos preocupa menos porque se recupera rápido», señalaba Espinosa. Otro tema será el estado en el que hayan quedado las infraestructuras agrarias, porque hay caminos destrozados, márgenes rotos, muros que se han venido abajo y otros elementos que ha arrastrado el río a su paso que pueden dificultar la cosecha.

Más preocupados se muestran desde la entidad con los cítricos. «En los árboles leñosos sí que es posible que haya más daños», indicaba. En la comarca predominan la naranja, el limón y la mandarinas y hay numerosas parcelas anegadas. En algunos casos «supera más de la mitad de la altura de los árboles», lo que supone más de metro y medio. Esta situación resulta nefasta para la fruta, ya que puede producir una merma debido a la prolongada exposición al agua. «Ya no se van a poder recuperar», señalaba. En este caso, a diferencia de lo que ocurre con la hortaliza, se pierde la cosecha de la temporada.

Como en el caso de la hortaliza, muchos de los propietarios no cuentan con seguro que cubra los daños. «Dada la subida desproporcionada de la prima y la reducción de garantías de Agroseguro y el Ministerio de Agricultura, la contratación ha bajado un 20%».

Problemas para los viñedos

En las comarcas de la Costera y la Vall d'Albaida, donde la DANA provocó el desbordamiento del río Clariano, AVA-ASAJA calcula que se han visto afectadas 2.000 hectáreas de viñedo. Según explican, esta situación ha llegado «justo en el momento en el que iba a intensificarse la vendimia, un momento estratégico, porque por unos días no se ha recolectado». Al daño producido en la fruta se suman los de las infraestructuras agrarias que impiden que se pueda trabajar de manera correcta. «Este episodio ha comprometido la explotación en sí, no solo a la inversión de este año».

Por otra parte, la Conselleria de Territorio considera que es pronto para hacer un balance del daño en carreteras. De momento, al cierre de esta edición había más de 30 cerradas. Algunas de ellas como la CV-930 ya se sabe que están en muy mal estado, con socavones y asfalto levantado. El conseller Arcadi España anunció en Orihuela medidas para paliar los efectos de la DANA.