El nueva voltereta política de Albert Rivera, que ayer abrió la puerta a la abstención en una posible investidura de Pedro Sánchez, en un gesto que parece a la desesperada para evitar nuevas elecciones en un contexto de encuestas a la baja, pilló en fuera de juego a Toni Cantó, que desconocía las intenciones de su jefe pese a formar parte de su dirección.

Cantó, uno de los dirigentes de Ciudadanos que con mayor énfasis ha defendido el «no es no» a Sánchez y ha secundado las posiciones más duras de su partido contra los socialistas comparecía ayer en la sede de su partido en València justo en el instante en que Rivera anunciaba en Madrid la oferta al PSOE de abtenerse junto al PP en un pacto de constitucionalistas para evitar elecciones y dar inicio a la legislatura.

Cantó criticaba en ese momento a los socialistas por la falta de financiación y anunciaba el envío de una carta a Sánchez para que desbloquee las entregas a cuenta. Justo en ese momento aseguraba que Sánchez es el problema para la gobernabilidad de España. Sin embargo, cuestionado por el anuncio que Rivera acababa de lanzar, resultó evidente que Cantó desconocía lo que su jefe de filas iba a anunciar. En ese punto vino a decir que bien estaba lo que hubiera dicho Rivera, pero evitó hacer valoraciones. Minutos antes había lanzado reproches al PP por la guerra interna entre la dirección de Pablo Casado y los populares vascos tras acusar la portavoz Cayetana Álvarez de Toledo al partido en Euskadi de debilidad ante el nacionalismo, una crítica de Cantó a los populares que sonó a campaña electoral para tratar de erosionar al PP por aceptar privilegios como el cupo vasco.