En algunos casos, el agua entró, literalmente, hasta el salón de casa. En otros, al garaje, trastero o al negocio de toda la vida, pero ayer, todos coincidían en una cosa: era la hora de comprobar los desperfectos y, sobre todo, de sumar fuerzas y arremangarse para empezar a limpiar el barro y el lodo que el desbordamiento del río Clariano dejó a su paso.

Ya con las calles despejadas, aunque algunos echaban en falta más maquinaria del ayuntamiento, muchos vecinos se afanaban en sacar a la calle muebles y otros enseres que habían quedado sepultados por un manto de tierra. El objetivo: ver qué era recuperable y qué no, y empezar a limpiar para dejarlo todo lo más parecido posible a cómo estaba antes, aprovechando que la lluvia daba treguas y que el nivel del río ya había bajado. Las pérdidas serán alarmantes, ya que el agua se llevó persianas, portales e incluso muros, además de echar a perder muebles, colchones, motos...

Ayer, del centenar de personas que habían sido desalojadas inicialmente, 38 permanecían en un albergue y eran asistidas por el Ayuntamiento de Ontinyent. El resto, habían conseguido acomodo en casa de familiares y amigos, según fuentes del consistorio.

Estos vecinos no sabrán si pueden volver a sus casas de la calle Canterería hasta mañana, después de que el personal técnico realice una inspección y certifique las viviendas no sufren daños estructurales. Mientras, el ayuntamiento asegura que garantiza la atención a los afectados, que reciben apoyo psicológico. En esto se ha tenido en cuenta a los menores y, por ello, Cruz Roja Juventud ha activado un equipo de Sensibilización e Información para Emergencias (ESIE), para minimizar el impacto en los niños y niñas de familias afectadas.

Además de esta calle, también se han visto muy afectados por la lluvia varios caminos en los que se ubican casas de campo, apuntan desde el consistorio. Ayer, los esfuerzos también se concentraban en esos puntos, para facilitar las comunicaciones.

Algunos caminos se vieron dañados al ser de tierra y, otros, por desprendimientos. Asimismo, el entorno del río ha sido en parte «arrasado». Así, según fuentes municipales, también se han registrado daños en el arbolado, que deberá ser repuesto. Las estimaciones económicas se harán a partir de mañana, pero desde el municipio esperan contar con la ayuda del Consell, en forma de decreto el próximo viernes, y del Gobierno de España, además de la declaración de zona catastrófica. De hecho, ayer, el alcalde del municipio, Jorge Rodríguez, pidió al Gobierno central la «máxima agilidad» en las actuaciones administrativas necesarias para conceder las ayudas públicas a las zonas afectadas.

Así se lo trasladó Rodríguez al subdelegado del Gobierno en València, José Roberto González Cachorro, quien visitó el municipio y aseguró que las ayudas «llegan y son necesarias» para dar respuesta a estas situaciones, y destacó el papel de las administraciones locales, ya que son «las primeras que actúan en episodios de esta virulencia».

El síndic de Ciudadanos, Toni Cantó, también visitó Ontinyent, junto a los diputados Vicente Ten y Juan Ignacio López Bas.