El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció ayer que el Consell celebrará su próximo pleno, el viernes día 20, en Orihuela. En él aprobará un decreto de ayudas de carácter urgente para la reparación de los daños provocados por el temporal en la comarca de la Vega Baja, en Alicante.

Puig ya anunció en su visita a Almoradí del sábado que la intención del gobierno autonómico es la de poner en marcha una especie de «Plan Marshall» que haga llegar ayudas económicas a todas aquellas personas e instituciones que se hayan visto afectadas por los daños de la riada. La idea es coordinar un programa que se nutra de fondos de tres administraciones, la Unión Europea, el Gobierno y la propia Generalitat y la aportación de empresas privadas. Durante esta semana, se trabajará en la línea de conseguir la mayor cantidad posible de recursos procedentes de la institución continental. Europa cuenta con un fondo destinado especialmente a cubrir daños provocados por catástrofes naturales y se pretende echar mano de él. La labor ahora se centra en conocer cómo se puede articular la solicitud para que ese dinero llegue a la Vega Bja. Las ayudas se distribuirán en varias patas. La primera estará destinada a paliar los daños a particulares,en aquellos casos en los que los propietarios no dispongan de seguro. La segunda es la económca. Aquí, el Consell pretende destinar las ayudas especialmente a la agricultura, que ha resultado altamente dañada, pero también a empresas que se hayan podido ver afectadas. En este sentido, incluso se estudiará la posibilidad de conceder créditos del Institut Valencià de Finances (IVF) a mercantiles que quieran aprovechar para, además de reparar los posibles daños sufridos, modernizar sus instalaciones. Otras salidas para las ayudas son las de las infraestructuras públicas y las instalaciones sanitarias y educativas. También se tendrá muy en cuenta el turismo, una actividad económica vital que también ha sufrido importantes daños en sus infraestructuras en distintos puntos.