Nació en el Chad, creció en el Chad y huyó del Chad en cuanto pudo reunir dinero suficiente con el que pagarle a las mafias un billete con el que llegar a Europa. Su vida corría peligro. Cuando inició el viaje, Mohamed Mustapha Mohamed Ali acababa de cumplir 18 años. Cuando lo rescató el Aquarius, en un mar Mediterráneo convertido en un cementerio, ya había soplado una vela más, sin celebración alguna y en el infierno de Libia. Ni recuerda el día. Y hoy, a sus 20 años, está en situación irregular desde que el Ministerio del Interior le denegara la petición de asilo que realizó, en el dispotivo que organizó el Consell en Cheste, dos días después de desembarcar en València buscando una oportunidad. Pero sus expectativas se truncaron de golpe. Su programa de integración se interrumpió un año y poco después de iniciarlo.

Mohamed se encuentra ahora en situación de extrema vulnerabilidad. Quince días tenía para abandonar el programa de protección del Gobierno que lo acogió ante cámaras del mundo entero. Y así lo hizo. Recogió sus pertenencias, las metió en una mochila y se volvió invisible. Si algún miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado le pide la documentación que ahora no tiene, el siguiente paso podría ser una sanción y una orden de expulsión dirección al Chad, el país del que salió huyendo y al que asegura que no puede regresar porque allí solo le espera la muerte y la miseria.

El Gobierno español le deniega el asilo a Mohamed y, si llega el momento, tramitará su orden de expulsión al Chad al carecer de papeles. Según el propio Ejecutivo, el Chad es un país que no supone un peligro para este joven pero sí constituye un «serio riesgo» para el resto de personas a las que «desaconseja» el viaje salvo por «razones de extrema necesidad». Así consta en la información publicada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. «Desde el 21 de agosto de 2019 el Chad mantiene cerradas sus fronteras con Libia, Sudán y República Centroafricana y ha declarado el estado de emergencia en tres regiones fronterizas del país tras el recrudecimiento de la violencia intercomunitaria», explica la web del ministerio. Y añade: «Se recuerda que existe un serio riesgo de que se produzcan secuestros en todo el país o en determinadas zonas».

Es más, a los ciudadanos españoles residentes en el país, el ministerio les recomienda «extremar las precauciones y aumentar las medidas de autoprotección». El Gobierno español advirte de la situación «inestable» del país tras «varios ataques terroristas y un aumento de la criminalidad».

Por eso Mohamed no puede regresar al Chad y teme su expulsión de España. Por esos motivos que refleja el ministerio y otros que pertenecen a su intimidad, el joven asegura que no puede volver.