Vivimos en un mundo desigual. Esto es un hecho conocido y, prácticamente, asumido por todo el mundo. Sin embargo, esto no exhime a los grandes agentes sociales para activar mecanismos de control y regulación de estas desigualdades.

En este punto, las Naciones Unidas propusieron, con el cambio de milenio, emprender unas acciones comunes a nivel global, con el fin de mejorar la situación de muchas personas que padecen estas discriminaciones y terminar con la desigualdad en el mundo. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (que enmarcaban un periodo entre el 2000 y 2015) ayudaron a mejorar la situación de las personas en muchos países, aunque todavía queda mucho trabajo por delante.

En los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que marcan unas nuevas líneas de actuación hasta el próximo 2030, se pretende afrontar los problemas que existen a nivel global en tres dimensiones (económica, social y medioambiental) y fijar 169 metas a cumplir en este periodo de 15 años.

La dimensión social, se refiere a los objetivos relativos a la educación, inclusión, igualdad y sanidad. En total, comprende 6 de los 17 ODS (un 35% del total), lo que demuestra la gran importancia de este aspecto para las Naciones Unidas. Destacan los objetivos número 5 y número 10: igualdad de género y reducción de las desigualdades, respectivamente.

Igualdad de género

A pesar de los avances en los últimos años, gracias a las políticas de igualdad llevadas a cabo por muchos países, todavía existe una grave discriminación por sexo en muchos países. Terminar con esta lacra es la base para lograr un mundo pacífico, próspero y sostenible.

La igualdad de género es un derecho humano fundamental que deben proteger todos los Estados. Así pues, todavía existen 49 países en lo que no existe ninguna ley contra la violencia doméstica.

Las mujeres y las niñas todavía padecen desigualdades en muchos aspectos, además de sufrir violencia física o sexual. Según datos de las Naciones Unidas, 1 de cada 5 mujeres (entre 15 y 49 años) ha experimentado alguna vez en su vida algún tipo de violencia por parte de su pareja. Además, el matrimonio infantil ha afectado a más de 750 millones de niñas y, al menos, 200 millones de mujeres han padecido mutilaciones genitales femeninas.

Por otro lado, todavía existen muchos países que deben avanzar muchos en las políticas de igualdad de género: en 18 países se permite que el marido impida el trabajo a una mujer y otros 39 diferencian los derechos de herencia entre hombres y mujeres. Por último, tan solo la mitad de las mujeres casadas toma decisiones libremente, según los datos de las Naciones Unidas.

Así pues, las metas del quinto objetivo de los ODS buscan: poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo; eliminar todas las formas de violencia contra ellas en los ámbitos público y privado; eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina; y asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.

Reducción de las desigualdades

Otro gran problema de la sociedad actual es la gran diferencia entre países y dentro de los propios países, tanto a nivel económico como social. Así lo ven las Naciones Unidas, que han marcado este asunto como uno de los 17 objetivos a mejorar durante los próximos 15 años.

Las Naciones Unidas aseguran que se ha avanzado en la reducción de la pobreza y las diferencias, logrando recortar desigualdades entre países, aunque no dentro del país, donde ha aumentado. Y es que, el crecimiento económico no es sinónimo de reducir la pobreza. Esto último depende también de lograr un crecimiento inclusivo y que tenga en cuenta las tres dimensiones de los ODS.

Sin embargo, las desigualdades sí que se han reducido en cuanto a ingresos, tanto entre países como dentro de ellos. De hecho, en 60 de 94 países ha aumentado más el ingreso per cápita que el promedio nacional.

Los ODS apuestan, por lo tanto, por incentivar políticas universales que marquen especial atención a las necesidades de las poblaciones desfavorecidas y marginadas. Esto se basa en aumentar el trato libre de aranceles, favorecer las exportaciones en estos países y aumentar su participación de voto en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las metas de este décimo objetivo de los ODS buscan: lograr y mantener el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media nacional; potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas; garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de resultados, incluso eliminando las leyes, políticas y prácticas discriminatorias y promoviendo legislaciones, políticas y medidas adecuadas a ese respecto; adoptar políticas, especialmente fiscales, salariales y de protección social, y lograr una mayor igualdad.