La cifra equivale al llenado de una veintena de piscinas olímpicas con una capacidad estándar de 2.500 metros cúbicos de agua. Desde que el temporal de lluvias torrenciales del jueves destruyó los dos principales colectores y provocó la parada de la depuradora que comparten Ontinyent y Agullent, alrededor de 50 millones de litros de aguas residuales generadas por hogares e industrias de ambos términos municipales se han vertido al río Clariano sin ningún tipo de control ni tratamiento previo.
Los cálculos municipales sitúan en 9 millones los litros diarios de agua contaminada evacuados a la cuenca hidrográfica que terminan en el embalse de Bellús. Para reparar los graves daños detectados en el sistema de depuración, datado de 1982, se precisaría de una inversión por esa misma cuantía (9 millones), pero en euros.
Ayer, el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, elevó un tono más la voz de alarma respecto a un problema «de carácter medioambiental y sanitario» que la consellera de Justicia e Interior, Gabriela Bravo, admitió como «muy preocupante» tras su visita a uno de los puntos donde se aprecian los abundantes vertidos derivados de la desaparición de un tramo de tubería en las inmediaciones de la depuradora, bajo el Pont de Sant Vicent.
El alcalde arrancó a Bravo el compromiso de contactar con los consellers de Medio Ambiente y Obras Publicas para coordinar una actuación «por la vía de emergencia». La consellera recordó que el proyecto de construcción de la nueva depuradora de Ontinyent «está avanzado», pero incidió en que «nuestra obligación es minimizar riesgos».
Junto a Gabriela Bravo, varios técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) examinaron la «zona cero» para estudiar los destrozos. El impacto de los vertidos sobre el Clariano será más grave a medida que el caudal de lluvia baje, puesto que el cauce acostumbra a estar seco a su paso por Ontinyent. El consistorio teme que en el río únicamente queden las aguas negras sin depurar. En un margen aproximado de 2,5 kilómetros, la DANA ha destrozado tanto el colector este, que recogía el agua residual del casco urbano de Ontinyent, como el oeste, que hacía lo propio con las aguas residuales industriales de los polígonos de esta localidad y de la vecina Agullent.
Esta circunstancia ha desembocado en la parada de la depuradora, que ya sufrió desperfectos importantes tras el temporal de gota fría de 2016. En 2017, la diputación aprobó una inyección de 484.079 euros. Ahora, los daños han sido muy superiores: un cálculo preliminar los cuantifica en 9 millones.
Los evacuados siguen a la espera
Mientras tanto, los técnicos municipales de Ontinyent continuaron ayer valorando los daños en las casas inundadas del barrio de Cantereria. Los vecinos desalojados esperan con impaciencia a que, «en breve», se les comunique si pueden regresar o no a sus viviendas, puesto que algunas han quedado en condiciones inhabitables.
Por otra parte, las primeras estimaciones de daños valoran en 1,2 millones los desperfectos registrados en caminos del término de Ontinyent. La semana que viene, los municipios más afectado serán convocados a una «Mesa de Postemergencia» para abordar los daños y «las acciones más urgentes», a expensas de que el Consell apruebe el viernes las primeras ayudas.
