La alarma activada en Ontinyent por la grave avería en los sistemas de depuración, que está provocando el vertido de millones de litros diarios de aguas residuales sin tratar al río Clariano, ha despertado la reacción inmediata de la Conselleria de Medio Ambiente. Ayer mismo, técnicos de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) se desplazaron a la localidad para practicar una primera exploración sobre el terreno.

El organismo se centra en la restitución de la depuradora Ontinyent-Agullent, que lleva una semana fuera de funcionamiento a raíz de los destrozos registrados en los dos colectores principales. Pero la solución al problema es compleja y requiere tiempo. «Hay que intervenir lo más rápidamente posible para evitar los problemas ambientales que puede causar el vertido y para que esto no vuelva a ocurrir», subraya a este diario Enrique Lapuente, gerente de la Epsar.

Hasta la semana que viene, sin embargo, los técnicos no podrán recabar una valoración exhaustiva y definir las actuaciones, porque el nivel del agua del Clariano sigue estando muy alto e impide acceder a buena parte del trazado de 2,5 kilómetros de colector general que, desde la parte alta, recorre el núcleo urbano y concentra las roturas más importantes. Además, se han observado muchos taponamientos de grava.

En cualquier caso, en los próximos días prevé ejecutarse una reparación de emergencia de menor magnitud en un tramo desaparecido del colector oeste, que recoge aguas industriales y de Agullent, mediante una tubería provisional y un sistema de bombeo.

Una familia de Ontinyent relata su evacuación por el temporal

Una familia de Ontinyent relata su evacuación por el temporal

Inquietud

Lo que inquieta al consistorio de Ontinyent es el peligro ambiental y de insalubridad aparejado al descenso natural del caudal del río, que en un par de semanas volverá a quedarse bajo mínimos. En ese momento, las aguas negras de los desagües colonizarán el cauce.

Las actuaciones necesarias precisan de la coordinación entre administraciones para la concesión de permisos, lo que podría conllevar retrasos. El ayuntamiento ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Júcar que «se implique en la solución» y que no le imponga sanciones por los vertidos contaminantes al Clariano, dada la situación de emergencia tras la DANA.

El gerente de la Epsar subraya la «relevancia económica» de los daños ocasionados por el temporal en los colectores, sobre todo en aquellos trazados antiguos ubicados en cauces y barrancos. Ontinyent espera que, una vez reparado el sistema, se retome el proyecto -ya diseñado- para sacar los colectores del río y mejorar la canalización de las aguas residuales hacia el embalse de Bellús, una obra pendiente con fondos europeos y valorada en 9 millones de euros.