El conseller de Educación, Vicent Marzà, compareció ayer en las Corts para explicar las líneas de actuación de su departamento durante esta legislatura. Entre otras medidas, el conseller recuperó la propuesta de creación una Ley Valenciana Integral de Educación, que ya planteó la legislatura pasada pero que no llegó a ver la luz. Para su aprobación, llamó al resto de partidos a «dejar de lado al sectarismo» para «sentarse en la misma mesa» y «llegar a acuerdos».

Asimismo, también anunció, como ya hizo a inicio de curso, que se desarrollará el Plan valenciano de FP, para «contribuir el cambio de modelo productivo»; y aseguró que este curso el foco se pondrá «en la inclusión» porque «es egoísta» pretender que todos los alumnos «se adapten a un único modelo estandarizado».

Otro de los deseos de Marzà es que la escuela pública «esté en la delantera de la innovación», y continuar ampliando la red pública de o a 3 años, un proyecto que calificó de «ambicioso, enriquecedor e innovador».

Del mismo modo, destacó los resultados del «plan de choque social» que explicó que la conselleria puso en marcha en 2015 y que, entre otras medidas, incluyó «poner fin a los recortes, garantizar la gratuidad de los libros, aumentar las becas comedor» y «mejorar las infraestructuras».

Ayer, la consellera Carolina Pascual también explicó la hoja de ruta del nuevo departamento que dirige dentro del Consell del Botànic. Pascual se comprometió a presentar a principios de 2020 una propuesta inicial de financiación «estable y plurianual» para las cinco universidades públicas, además de reordenar durante los próximos cuatro años los títulos universitarios, trabajar en mejorar la empleabilidad de los graduados y «despertar vocaciones» en carreras científicas para romper la brecha de género. «Soy ingeniera, soy mujer y conozco de cerca esta problemática», manifestó la nueva consellera, que también apuesta por «reforzar los puentes ciencias-humanidades».

Encontronazo con Vox

La intervención del diputado de Vox José María Llanos deparó algún momento de tensión con la consellera Pascual cuando le pidió «arreglar» la universidad valenciana, cuyo nivel de exigencia consideró «irrisorio» y que produce la sensación en una parte de la sociedad de que «quien se dedica a la universidad es el mediocre». Pascual rechazó la «visión derrotista» de Llanos asegurando que los centros valencianos educan e investigan a «muy alto nivel».