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El chef de Obama elogia en València las virtudes de la dieta mediterránea

Sam Kass, exasesor de políticas alimentarias en la Casa Blanca, alerta sobre el riesgo de la comida rápida

Sam Kaas, que fue asesor alimentario de Obama, ayer en València. fernando bustamante

El Congreso Ftalks'19, que finalizó ayer, se autonombró como el evento internacional que convertirá a València en la ciudad de la innovación alimentaria. El director de Km Zero Open Innovation Hub, Raúl Martín, que inauguró la segunda jornada del evento, situó a la capital del Túria, como «referente» de la alimentación con la exposición de proyectos talentosos, que son «susceptibles de dar soluciones a los retos» del sector agroalimentario, entre los que destaca la necesidad de hacerla «sostenible». Esta cita giró entorno a temas como la tecnología, la salud y la sostenibilidad, dentro del ámbito de la alimentación.

Más de quinientos asistentes y quince ponentes internacionales acudieron a la cita, se trató de la primera edición de un espacio dedicado a la innovación abierta, nuevas empresas y casos de éxito de las compañías más importantes de alimentación nacionales e internacionales, comprometidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En el evento se debatió sobre las tendencias e irrupciones en el mercado alimenticio que se encuentran en auge actualmente.

En este marco, el chef y asesor de políticas alimentarias durante la Administración de Obama, Sam Kass, situó a la dieta mediterránea como una de las más saludables, pero sin sentenciarla como tal. Para Kass, el puesto se lo debaten entre la japonesa y la mediterránea. En cuanto a la transición alimenticia, el chef confesó ser amante de la carne, por lo que no cree que la sociedad en conjunto pueda abandonar su consumo, pero sí apuesta por reducir su ingesta diaria. En esta línea, afirmó que en los restaurantes aumenta cada vez más la demanda de platos vegetarianos o veganos y que es «una tendencia que inegablemente se encuentra al alza», por ello el mercado está apostando por ese camino y está adaptándose y progresando con cada vez más oferta.

Así, Sam Kass confiesa que deberían existir más políticas dirigidas a la investigación, con el fin de crear ingredientes o productos alimenticios que sean saludables y a la vez económicos. El que fue asesor de políticas alimentarias durante la legislatura de Obama, reconoció que el precio de los productos ultraprocesados son más accesibles económicamente que los producidos de manera más sostenible. Por ello, señaló también la necesidad de que los gobiernos ayuden a mejorar en este ámbito «a todos los actores, desde los colegios a las empresas». Con el foco puesto en cambiar la cultura por la comida insana que impera en países como el suyo, expresó. De esta manera, puso la vulnerabilidad de los niños frente los malos hábitos, como una cuestión que hay que atajar con urgencia en «todos los momentos de su día». «No es solo una medida, son muchos los frentes que están abiertos en este campo», sentenció. Uno de los problemas es la abundancia de envoltorios de plástico. «La industria alimentaria es de la que más envases de plástico producen, pero están siendo conscientes e intentando buscar una alternativa». La comida rápida tiene una doble vertiente negativa, «además de producir cantidades de plástico, muchos locales solo sirven carne y esto agrava las emisiones de gases».

Verdura con forma de carne

El objetivo de sustituir los embalajes de plástico en la comida rápida no es una meta que a día de hoy haya alcanzado esta industria. Pero con el fin de extender un estilo de vida más sostenible y saludable dentro del mundo de la comida rápida, surgió la empresa de Beyond Meat, quien imita los productos hechos de carne, a través de verduras con la misma apariencia y sabor.

El asesor científico de esta marca y otro de los ponentes en la conferencia, Joseph Puglisi, trató el auge de las proteínas alternativas, relacionándolo con el propio éxito de la empresa. Puglisi explicó que decidieron crear alimentos vegetales con forma de producto cárnico debido a que la gran parte de la sociedad es carnívora, pero «sin tener las consecuencias negativas de lo que implica la industria cárnica». Así, el 95 por ciento de los consumidores de la marca comen habitualmente carne, por lo que no son ni vegetarianos, ni veganos, aclaró. «La gente sabe los daños que tiene para la salud y participa de manera activa en reducir el consumo». En consecuencia, la empresa no ve motivo en abrir el debate sobre si estos productos deben llevar o no el mismo nombre que los productos de origen animal. «El cliente sabe perfectamente cuando está comprando una hamburguesa de proteína vegetal y cuando una de proteína animal», concluyó. A fin de proyectar un futuro más acorde con una vida saludable y sostenible, el sector alimenticio se mantiene innovando para abastecer de una mejor forma las necesidades de todas las personas.

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