Dos semanas. Es el plazo señalado por la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) para poner fin a los vertidos de aguas residuales e industriales que contaminan el río Clariano desde que el histórico episodio de lluvias torrenciales del jueves 12 de septiembre destruyó los dos principales colectores de Ontinyent y provocó la parada de la depuradora compartida entre esta localidad y Agullent.

La Generalitat contempla una inyección urgente de un millón de euros con el objetivo de proporcionar una solución de emergencia a los cuantiosos daños desencadenados por la DANA en el sistema de depuración municipal, que están ocasionando el vertido directo -sin ningún tipo de tratamiento- de 9 millones de litros diarios de agua procedentes del alcantarillado y de las industrias de la zona desde hace una semana.

El miércoles, los técnicos de la Epsar participaron en una primera prospección en los colectores, a la espera de una bajada del caudal que permitiera una inspección más a fondo. Ayer, el gerente del organismo público dependiente de la Conselleria de Medio Ambiente, Enrique Lapuente, trasladó al alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, las actuaciones planteadas en el trazado para restituir el funcionamiento de la depuradora en un plazo de 15 días.

Solución global

En primer lugar, como avanzó este diario, la Epsar ejecutará un paso superior con tal de canalizar el colector de residuos industriales, reconduciendo los accesos al cauce del río que han desaparecido tras las fuertes lluvias.

Por otra parte, se eliminarán los taponamientos de grava en el colector general y se aplicarán soluciones de baipás o bombeo en los puntos donde no circule el agua, a lo largo de un trazado de 2,5 kilómetros de longitud. En la depuradora, por último, también tendrán que resolverse algunos desperfectos menores antes de que se vuelva a poner a en funcionamiento.

Una vez terminadas las obras de emergencia, valoradas en un millón de euros, Lapuente ya manifestó a Levante-EMV la necesidad de emprender actuaciones estructurales en el sistema de saneamiento con tal de impedir que se repitan las devastadoras consecuencias de la última DANA. Así, el consistorio ha obtenido el compromiso de que se lleve a cabo una intervención definitiva que saque los colectores del cauce del río, una ubicación propia de otra época. La primera fase de esta solución a medio plazo podría precisar de un presupuesto de alrededor de 2,2 millones de euros, aunque todavía ha de profundizarse en su estudio. Con el mismo objetivo se encontraba pendiente de ejecutar un proyecto valorado en 9 millones de euros en la localidad.

Lo que más preocupa al ayuntamiento son las consecuencias ambientales y sanitarias de los vertidos contaminantes en el Clariano una vez se reduzca el caudal y el cauce vuelva a su estado natural. El alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, destacó ayer la rápida respuesta obtenida a las demandas municiplaes, después de incidir en la necesidad de una solución global que no se quede en un parche para mejorar la canalización de las aguas vertidas al Clariano.