Para ser profesor en una de las nueve universidades valencianas es condición casi ineludible haber leído su tesis en dicho centro universitario. Así se desprende del último informe publicado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) sobre el funcionamiento de la educación superior en España. El 84 % del personal docente e investigador (PDI) de las universidades de la Comunitat Valenciana del curso 2017-2018 ejercían en el campus en el que presentaron su tesis. Esta cifra rebasa con creces a la media nacional, que se sitúa en el 68,8 %. Tan solo hay tres comunidades autónomas donde la endogamia universitaria es mayor: País Vasco (91,2 %), Canarias (91 %) y Asturias (84,4 %).

Precisamente, esta endogamia en el profesorado quedó reflejada como uno de los principales motivos de molestia entre los propios docentes en una encuesta publicada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a principios de este año. Casi la mitad de los profesores que respondieron al cuestionario (el 44,9 %) definieron al sistema de acceso y promoción a los puestos docentes universitarios como «endogámico». Si bien la respuesta con mayor aceptación -por muy poco margen- fue que el modelo es «meritocrático» (46,3 %) y tuvo un buen resultado «competitivo» (40,7 %), también fueron representativas otras concepciones con tintes negativos como «localista» (41 %) o «clientelar» (30,4 %), e incluso un 13,7 % indicó que es «nepotista».

El informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo reconoce esta situación y advierte de que poco se está haciendo para evitar esta endogamia. De hecho, refleja que el porcentaje a nivel nacional de profesorado universitario que trabaja en el mismo campus tan solo ha descendido una décima respecto al curso anterior. Además, el estudio apunta también que esa endogamia es todavía mayor en las universidades públicas -donde el 75,1 % de sus contratados han hecho la tesis en su centro- que en los centros adscritos (47,7 %) y las universidades privadas (32,9 %).

Definición «reduccionista»

Fuentes de la Universitat de València (UV) han respondido a este diario que la lectura de este dato como «endogamia» es «muy reduccionista». Asimismo han defendido que sus sistemas de contratación de investigadores están avalados por el sello de la Unión Europea HRS4R (Human Resource Strategy for Researchers) que, entre otros requisitos, exigen la publicidad de sus vacantes en el ámbito nacional e internacional. A su vez, las mismas fuentes reivindicaron que «un alto porcentaje de los doctores de la Universitat de València lo son con tesis que poseen mención internacional» y que su «apuesta por la internacionalización desvirtúa la idea de una universidad encerrada en ella misma».

«Endogamia es el rechazo institucional a la incorporación de miembros ajenos a la institución, algo inexistente en la Universitat de València, donde la contratación se realiza con procedimientos competitivos, con baremos públicos que pueden consultarse y analizarse por cualquier interesado, y que no incorporan ninguna penalización a los méritos conseguidos en otras universidades públicas», añadieron para concluir que el hecho de que haya un elevado número de profesores en la UV que han leído su tesis allí es «el reflejo de una movilidad laboral voluntariamente limitada común a muchos otros sectores económicos españoles».

Por su parte, el vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado de la Universitat Politècnica de València, José Manuel Barat Baviera, abundó en que «hablar de la endogamia en el sistema universitario es muy complejo, y es importante evitar análisis simples y superficiales». Así, incidió en que «el primer factor que la fomenta es el cultural, empezando por la escasa movilidad de nuestros estudiantes o por el hecho de que casi un 75 % de los empleos en nuestro país llega a través de conocidos y de relaciones previas». Asimismo, aseguró que «la movilidad en la etapa postdoctoral está dificultada por la falta de ofertas de contratos postdoctorales». «Los bajos salarios en las primeras etapas de la carrera de profesorado inciden y entorpecen también la movilidad», agregó.

Barat, no obstante, defendió que la UPV aprobó recientemente para reducir esa endogamia «un plan de atracción de talento» con una reserva de plazas de profesores en la que se exige precisamente «la no vinculación a la UPV de un período mínimo de dos años ininterrumpidos durante la etapa postdoctoral».