Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El General derivará al año 18.000 resonancias pese a trabajar tardes y domingos

El hospital dobla ahora turnos y solo tiene instalada una máquina hasta que llegue la segunda comprada por Amancio Ortega en noviembre - Aún así, desde el centro aseguran que no están pidiendo ayuda externa

Uno de los TAC donados por la Fundación Amancio Ortega, instalado en el Hospital General de València. levante-emv

La intención es hacer lo máximo con recursos propios y derivar las mínimas pruebas posibles pero lo cierto es que el Hospital General de València tiene previsto contratar de forma externa la realización de hasta 18.000 resonancias y 11.000 TAC al año pese a que va a aumentar el equipamiento en marcha y se va a doblar el horario de trabajo, incluyendo sábados y domingos.

Así se desprende de los pliegos del contrato externo que el consorcio está a punto de resolver y que debe decidir entre las ofertas de Eresa -la empresa que llevaba más de 20 años haciendo este trabajo de forma interna en el hospital- y una UTE del Hospital 9 d'Octubre, propiedad de Vithas.

El consorcio busca a través de este contrato externo, que tiene un presupuesto anual de 2,9 millones de euros, evitar las listas de espera aunque, según confirmaron ayer fuentes del centro hospitalario, el ritmo de turnos dobles y de citaciones a pacientes en sábado y domingo (que hay ahora) se pretende mantener más allá de noviembre cuando estén instalados todos los nuevos equipos: dos resonancias magnéticas y un nuevo TAC, compradas gracias a la donación de 300 millones de Amancio Ortega, y un segundo TAC, adquirido directamente por el hospital.

A día de hoy, la unidad de diagnóstico por imagen está funcionando a medio gas con solo una resonancia magnética de las dos previstas y uno de los dos TAC. El hospital está intentando compensar la falta de equipos trabajando de 7.30 a 22 horas todos los días, incluidos sábados y domingo. Desde el centro no concretan la demora que hay acumulada y aseguran que se está citando «en función de la disponibilidad, prioridad y orden de petición» y, aún así, no se están pidiendo pruebas externas a hospitales públicos ni privados «salvo tres casos puntuales».

La segunda resonancia no llegará hasta mediados de noviembre y el segundo TAC para la primera semana de octubre. Aunque vayan a tener más capacidad a partir de esa fecha, el centro no se plantea ni reducir los turnos de trabajo para final de año ni prescindir de ese contrato externo que está aún por adjudicarse ya que está planteado «para evitar que se genere lista de espera en situaciones de incremento de la demanda».

Salida de Eresa y reversión

El cambio de equipos y el obligado proceso de adaptación se inició a principios de año después de que se agotaran los contratos firmados en su día con la empresa privada Eresa y desde el consorcio y la Conselleria de Sanidad se decidiera internalizar el servicio y hacerlo con recursos propios. La medida se adoptó en la línea de la política marcada, en su día, por la consellera Carmen Montón y que tuvo su proceso paralelo en la reversión del servicio de resonancias en otros 16 hospitales públicos, que también estaban en manos privadas, y su culmen en la reversión del departamento de salud de Alzira.

El proceso en el General no ha estado, sin embargo, exento de polémica ya que la empresa peleó por la continuidad de los contratos o, al menos, por la subrogación del personal que finalmente no fue integrado en la plantilla del hospital pese a que así se había previsto y así se va a hacer en el resto de hospitales públicos.

Desde que se comunicó la ruptura con Eresa, la salida de trabajadores y equipos se precipitó. La primera resonancia magnética de Eresa se desmontó completamente a mediados de abril mientras que a finales de junio salió la única máquina de TAC. A principios de agosto, la empresa privada que había estado más de dos décadas «interna» en el hospital se despidió totalmente desmontando su segunda resonancia.

De forma paralela, el hospital empezó a instalar la primera de las resonancias compradas gracias al magnate textil y se recurrió a un camión en uno de los patios con equipos para dar salida a la demanda. La primera resonancia y el primer TAC están operativos desde finales de julio.

Un acelerador lineal

El hospital será, de hecho, uno de los departamentos de salud más beneficiados por la donación de Amancio Ortega que se ha utilizado para facilitar la reversión del servicio: dos resonancias y un TAC de 16 cortes en el hospital, otra resonancia para el centro de Torrent y además un acelerador lineal de alta gama.

Compartir el artículo

stats