Jaume I dice en el apócrifo Llibre de saviesa: « No servisques a qui no et coneix ni a qui no conegues, però acosta't a qui conegues». El aforismo viene al pelo para la circunstancia que atribula a los dirigentes de Compromís los últimos días y que puede resumirse en tres posibilidades: ir solos a las elecciones generales del 10N (como la última vez, en abril, con pobres resultados), regresar al pasado e ir con Pablo Iglesias y Unides Podem o arrimarse al nuevo invitado electoral, Íñigo Errejón, a través de una plataforma que una a formaciones de distintos territorios.

La cuestión es si Errejón e Iglesias conocen a Compromís (diría que siempre han creído que su caldo social es el mismo que el de Podemos, cosa discutible) y si la coalición conoce bien a sus presuntos aliados madrileños.

Tras la ejecutiva de ayer, la opción Errejón (con el brillo de lo nuevo y con menos ataduras para Compromís) tiene todas las de ganar, a pesar de Mónica Oltra, que hace unos días apostaba sin rodeos por el viejo amigo Pablo («Deberíamos buscar una lista con Unidas Podemos», El País, 20-09) y ha ido modulando su posición, después de contactos discretos en los últimos días con el viejo amigo Íñigo. La frase de Iglesias de que no está lejos un acuerdo con los valencianistas suena a canto de amor a la desesperada, porque « la coca [con Errejón] porta dies en el forn», como confesaba ayer un dirigente de los de toda la vida. Ya se sabe que Oltra no pierde batallas en Compromís, así que en esta ocasión tampoco parecerá que así es de puertas afuera, pero la victoria de la vía Errejón es la expresión de que algo se mueve. Lo imposible ya no lo es tanto.

Está por ver si es una mera operación de estrategia electoral, sin calado en la calle, porque aquel errejonismo que fue mayoría en el Podemos valenciano parece al margen de este movimiento de ajedrez que el PSPV observa con bifocales: puede interesar a Ferraz porque favorecería la gobernabilidad, pero preocupa en el socialismo valenciano por la posible pérdida de apoyos.

El tiempo apremia, los plazos vencen en días y ya se sabe lo que pasa con las prisas. ¿Quién sabe si una operación a fuego más lento, con participación de la sociedad civil, pudiera tener más recorrido? Pero ahora, es lo que hay, si nada se tuerce: Compromís como marca valenciana del proyecto confederal de Errejón. O sea, cinco experiencias diferentes en las cinco elecciones generales que conoce Compromís: con Equo, con Podemos, con Podemos y EU, solos (en abril pasado) y con Más Madrid y otros en noviembre. Jaume I también tiene un dicho para el caso: « Qui es deixa anar per l'aventura pot acabar en la desventura». O no.