Con más de 50 años de experiencia en el sector de la restauración, el ocio, la gestión hotelera y los eventos, INTUR-perteneciente al Grupo Gimeno- se ha convertido en todo un referente en dichas áreas. La cadena hotelera gestiona actualmente ocho hoteles y apartamentos vacacionales en España, todos ellos avalados con la certificación Q de Calidad Turística. Además, trabajan como proveedores en comedores de colegios e instituciones educativas.

Forman parte ustedes del evento Gestionando hijos como co-patrocinadores, ¿porqué se han sumado a este foro líder e innovador, quizá porque ustedes mismos son una firma líder, innovadora y transformadora ?

A lo largo de nuestros más de 50 años de historia, hemos sabido crecer y evolucionar con nuestro entorno, atrevernos a aplicar nuevas fórmulas de gestión y liderar cambios para posicionarnos en un sector altamente competitivo donde la innovación es fundamental. Y, todo ello, sin renunciar a nuestros orígenes, como empresa familiar y valenciana que trabaja por el económico y social con el objetivo de que la actividad que desarrollamos revierta en nuestro entorno más inmediato. Creo que esa transformación es posible gracias a la pasión por lo que hacemos, nuestro compromiso con la sociedad y con nuestro entorno. Una característica que nos une a todo el equipo, junto a la satisfacción de trabajar por y para colectivos que acompañamos a lo largo de todo su ciclo vital. En ese sentido, actualmente ya son más de 10.000 los usuarios que forman parte de nuestro ADN.

¿Qué aportará en el foro Gestionando hijos, qué items y otros temas va a abordar?

Nuestra ponencia se titula «Alimentando su imaginación», una frase que resume muchos de los conceptos que desde Intur Restauración colectiva trasladamos al alumnado en los comedores escolares. Además de nutrir y alimentar de forma saludable, hay que alimentar también su bienestar, su talento, su aprendizaje, su diversión y su sensibilidad. El comedor escolar se ha convertido en un lugar de aprendizaje y quizá la alimentación sea la asignatura pendiente. En ese sentido, programamos actividades donde el alumnado es el protagonista. Como los talleres gastronómicos, donde a través de la experiencia y manipulación de alimentos les explicamos la importancia de consumir productos frescos, de proximidad y de temporada. O nuestro programa InturCrece, donde se implican en la siembra y cultivo de los ingredientes que luego se introducen en los menús. Esta iniciativa va muy alineada a nuestros objetivos, ya que la predisposición a probar un alimento es mucho mayor si se participa en el proceso. Y los resultados son extraordinarios.

Se trata de despertar su curiosidad, fomentar el aprendizaje, promover el reciclaje y potenciar el talento de cada escolar mientras interioriza buenos hábitos nutricionales, ya que influyen no sólo en su sistema inmunológico, sino también en su rendimiento académico. Y, para que este proceso sea un éxito, necesitamos y mucho a las familias, ya que son la piedra angular que da continuidad a nuestro trabajo en los comedores escolares.

¿Como proveedores de colegios e instituciones educativas qué importancia dan ustedes a la calidad en los servicios educativos y en particular a la alimentación de los niños y los docentes?

La gestión integral de un comedor escolar es una inmensa responsabilidad, ya que nutrir de forma equilibrada y saludable es fundamental para el crecimiento de los más pequeños. Por ello cuidamos mucho todos los detalles. Desde un estricto control de proveedores y materias primas, donde apostamos por producto de temporada, proximidad y ecológico, hasta un riguroso control en los procesos de elaboración, respetando los principios de calidad y seguridad alimentaria. Nuestro compromiso por la calidad en toda su extensión hace que trabajemos intensamente en aquellas certificaciones que nos hagan ser más competitivos, si cabe, en un sector donde creemos que se debe ser altamente exigente, no solo en nuestros procesos de calidad, sino también en los criterios medioambientales, debido al impacto que tiene nuestra actividad.

¿Qué requisitos tiene que tener un buen menú para escolares?

Un menú escolar tiene que cumplir un objetivo primordial: nutrir. Una simple palabra que conlleva un gran reto, pues partiendo de la base de un diseño nutricional adecuado, la condición imprescindible es que el comensal se lo coma. Y y para ello le tiene que gustar. Hay que tener en cuenta factores como la edad del comensal, sus preferencias, la estacionalidad de los alimentos, sus creencias religiosas o los productos con los que está familiarizado. Un cóctel que debe tener como denominador común una ingesta sana, equilibrada y nutricionalmente adecuada al colectivo infantil. En ese sentido, abogamos por el formato de «plato saludable», en el que el 50% de los componentes son productos vegetales como ensaladas y verduras, el 25% deber ser de cereal o hidratos de carbono complejos, como son la patata o el boniato, y el 25% restante proteína, tanto animal como vegetal.

¿Qué alimentos nunca deben faltar?

En nuestros menús cuidamos y promovemos la cocina tradicional, pero sin obviar la influencia de las nuevas tendencias gastronómicas, introduciendo de manera paulatina los cereales integrales, reduciendo el consumo de carnes (sobre todo las rojas y los derivados cárnicos), primando la presencia de carnes blancas, pescados y legumbres como fuentes de proteína saludable. Siempre buscamos nuevos diseños de platos y no es un reto fácil, ya que debemos conseguir un menú que nutra y aporte todo aquello que necesita el escolar en cada momento del año. Que quede equilibrado con sus gustos y preferencias y que, a la vez, impulsemos unos correctos hábitos alimenticios.

Son conscientes ustedes que por la vía de las becas de comedor y de las ayudas sociales cumplen ustedes una misión social y humanitaria con las familias más desfavorecidas o en exclusión social, ¿son conscientes que esos niños comen bien y se alimentan bien gracias a ustedes? ¿Eso les supone una mayor responsabilidad o un reto añadido?

En Intur damos servicio a todo tipo de colectivos, incluyendo centros con diversidad funcional. Como empresa nos sentimos socialmente responsables y, por ello, invertimos parte de nuestro esfuerzo en ayudar a los colectivos más desfavorecidos desde diversas acciones donde promovemos la solidaridad empresarial. Pero también en los centros escolares, donde el curso pasado pusimos en marcha la campaña «8 meses, 8 causas», con actividades cargadas de valores que obtuvieron una gran respuesta por parte de nuestras niños y niños. Creo que nuestro granito de arena es importante, ya que contribuimos al desarrollo de esas personitas que en un futuro podrán cambiar el mundo.

¿Qué papel desempeñan las familias en la educación nutricional? ¿Es importante la comunicación con ellos?

El papel de las familias es fundamental, sobre todo si pensamos que en el comedor escolar controlamos sólo una de las cinco ingestas diarias recomendadas. Sin duda, la educación nutricional debe comenzar en casa. Para nosotros esa proximidad a la comunidad educativa es muy importante e intentamos favorecerla desde comisiones de comedor, asambleas, tutorías nutricionales, cursos o charlas. Cualquier canal es válido si nos permite comunicar, informar, acompañarles en el cambio, guiarles si precisan apoyo e invitarles a que se atrevan a cambiar modelos y hábitos. Cambiar cuesta, porque implica un esfuerzo. Pero, si tienes buenas razones, todas ellas relacionadas con la salud y bienestar de tu hijo, ¿te resistirías o lo intentarías?.