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Un palacete convertido en un lienzo sobre la Guerra Civil

Una mansión abandonada de Sant Joan conserva en sus paredes 300 grafitis de militares italianos antes de la toma de Alicante y de soldados españoles tras la contienda, entre ellos del padre del actual alcalde de San Vicente

Un palacete convertido en un lienzo sobre la Guerra Civil

Marzo de 1939. La Guerra Civil se aproxima a su fin y soldados italianos asaltan la buhardilla del palacete de La Princesa de Sant Joan, donde hay refugiados. Suben a caballo por la escalera monumental de la que fuera mansión de una princesa y los tirotean. Después, hacen noche allí antes de tomar Alicante y dejan en sus paredes, junto a las ráfagas de los disparos, dibujos de vehículos de guerra con todo lujo de detalles. Tras la contienda, la casa pasa a ser lugar de pernoctación de soldados de la recién estrenada dictadura, y también dejan su huella con caricaturas, dibujos, poemas e incluso operaciones aritméticas y series de caligrafía. Una de ellas, del padre del actual alcalde de San Vicente, Jesús Villar, un emocionante hallazgo que ha conmovido a toda su familia.

De todo ello hay pruebas en esta mansión del siglo XVI. Unos 300 grafitos de soldados italianos y españoles, escalones dañados por aquellos caballos... Una historia que aflora 70 años después. El primer edil de San Vicente, junto con dos de sus hermanos y el alcalde de Sant Joan, Jaime Albero, viajaron en el tiempo en su visita a esta finca abandonada desde hace décadas. Presenta un avanzado deterioro y su titularidad no está clara tras la muerte de su último dueño sin herederos, aunque es probable que acabe en manos del Estado. Este palacete que fuera de Isabel María Pío de Saboya y Spinola -los principes Pío- alberga en su último piso un tesoro. Unos dibujos que han sido catalogados para garantizar que quede constancia de ellos por el arqueólogo Humberto García, de Arqueo Inventario de Sant Joan, que acompañó hace unos días a los dos alcaldes por esta espectacular finca de futuro incierto.

Según García, los dueños refugiaron a varias personas en su buhardilla a punto de acabar la guerra. Los soldados italianos, tras descubrirlas, subieron a caballo por la escalera monumental, siendo las marcas de los cascos en los peldaños rotos de piedra todavía visibles, junto con una larga ráfaga de disparos en la pared, que sigue allí. Se desconoce qué pasó con los refugiados, pero la finca fue ocupada por las tropas fascistas italianas antes de tomar Alicante y dar la puntilla a la II República, dejando los grafitos en sus paredes entre los que hay un cañón anticarro, un acorazado y aviones Junkers Ju 87 o Stuka.

Concluida la guerra, Franco movilizó a gran número de personas para que realizasen el servicio militar, siendo ocupada la casa por soldados españoles que también dejaron su huella en las paredes: caricaturas, poemas, canciones, automóviles, dedicatorias, eróticos... Incluso algunos aprendieron a escribir y cálculo.

García ha logrado identificar una de las firmas, la de Antonio Villar Fuentes, ya fallecido y padre del alcalde de San Vicente, que perteneció al bando republicano y se vio obligado a hacer después la «mili». La familia ha corroborado que su padre estuvo allí gracias a que tenía un diario. Y Villar explica que «ha sido muy emocionante visitar la casa en la que mi padre estuvo en 1941. Nunca me habría imaginado que dibujara en las paredes». Un estremecedor viaje al pasado que está amenazado por el deterioro del palacete, aunque el primer edil de Sant Joan recuerda que está protegido por el Plan General y lo primero que hay que hacer es aclarar su titularidad.

Por ello, este arqueólogo aconseja documentar y estudiar de forma exhaustiva la finca ya que, gracias a las nuevas tecnologías, la virtualización del patrimonio es una forma económica de que los grafitos pervivan al margen de la suerte que corra la mansión.

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