Es más común de lo que parece y va a más. La depresión afecta ya según la Organización Mundial de la Salud (OMS) a 300 millones de personas en todo el mundo y en España ya son 2,4 millones, según las últimas estadísticas. En la Comunitat Valenciana serían también más de 250.000 personas las personas afectadas por esta enfermedad mental que se convierte en un trastorno que termina afectando a todos los ámbitos de la persona. "No es solo sentirse triste como se puede pensar, es un trastorno que afecta a todo, que no te deja funcionar pero del que nos podemos recuperar completamente", explica la presidenta de la Sociedad Valenciana de Psiquiatría, Llanos Conesa.

Pero, ¿qué es la depresión? Con motivo de la celebración hoy jueves del Día Europeo de la Depresión, la especialista aporta pautas para entender esta enfermedad mental que ya supone la segunda causa de baja laboral por detrás de las enfermedades cardiovasculares. "Podemos estar un tiempo tristes porque estemos superando un duelo o por un trastorno adaptativo a otra situación vital pero seguimos funcionando. Cuando tenemos una depresión sentimos una tristeza patológica, somos incapaces de disfrutar y de concentrarnos e incluso hay afecciones a nivel motor, nos cuesta más hacer las cosas, hablamos incluso más bajo, nos cambia la cara "no somos los mismos", explica Conesa.

Según explica la especialista, este trastorno emocional va más allá de estar hundido temporalmente por un acontecimiento puntual y sus síntomas se extienden a muchas áreas:

  1. A nivel afectivo: Hay sentimientos de culpa, de tristeza, de vergüenza y de ansiedad.
  2. A nivel motivacional: se pierde la motivación y se entra en periodos de mayor dependencia.
  3. A nivel cognitivos: imperan los problemas de memoria, nos cuesta más concentrarnos, aprender y retener las cosas o decidirnos.
  4. A nivel de conducta: Estamos más pasivos y evitamos relacionarnos y lo hacemos peor además de perder el interés por cosas por las que antes sí teníamos.
  5. A nivel fisiológico: pueden darse alteraciones del sueño y del apetito (comer menos o más) y del deseo sexual.

El impacto de la crisis económica

"Las personas que están alrededor notan ese cambio porque esa persona no es la misma", incide Conesa que reconoce que la incidencia de esta enfermedad va en aumento por esos factores "agravantes" que conlleva el actual estilo de vida. "El estrés es un agravante y problemas en ámbitos como la salud, el trabajo o la familia o la complejidad y las obligaciones de cada uno hacen que la incidencia suba", explica la especialista. Y sí, la crisis económica que acaba de pasar el país se ha notado en estas cifras: el aumento de casos en los años 2013, 2014 y 2015 fue "espectacular", según Conesa.

Aún así y pese a que un problema en cualquiera de estos ámbitos puede ser un desencadenante, no necesariamente algo tiene que ir mal en nuestras vidas para sufrir una depresión. De hecho, son muchas las personas con depresión que "no entienden por qué están tristes, porque no tienen motivos". Y es que, no es algo que se busca "es una enfermedad y, como otras, a todos nos puede afectar", incide la especialista.

Conesa recomienda que, cuando se detecta que alguna persona pueda estar pasando por esta situación, se le ayude y se acude a los servicios sanitarios y pide que no se demonice el tratamiento farmacológico. "Si se puede evitar, se evitará y se apostará por terapia u otras intervenciones pero no hay que demonizarlos, son eficaces y nos pueden ayudar", apunta la psiquiatra que pide acabar con el estigma de las personas con depresión "porque cualquier puede encontrarse en esa situación y es de las pocas patologías en las que la recuperación es completa".