¿Están las diferentes administraciones públicas y las empresas de la Comunitat Valenciana comprometidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que marca las Naciones Unidas? «Sí, lo estamos. ¿Pero todo lo que deberíamos?, no». Así de rotunda se mostraba ayer Angela Ballester, directora de general de Coordinación de Políticas Vicepresidencia Segunda de la Generalitat (Vivienda y Arquitectura Climática). La respuesta a la pregunta lanzada por Julio Monreal, director de relaciones institucionales de Levante-EMV, surgía en el marco de un desayuno de trabajo en Efiaqua-Feria de la Gestión Inteligente del Agua, con el patrocinio de Hidraqua. Según Ballester, desde el ejecutivo autonómico «se está comprometido, pero pensamos que se ha de hacer más».

«Es algo que implica una gran coordinación, que hasta ahora no existía o era insuficiente, y pensando en las implicaciones y los efectos en el cambio climático», incidía Ballester. «Los retos que marca la ONU hay que verlos como una oportunidad», recalcaba, algo en lo que coincidía Francisco Bartual, consejero delegado de Hidraqua. «La ONU ve que las empresas podemos tener mucha capacidad de transformación para dar mejor calidad de vida a las personas», comentaba. Bartual, además, apremiaba a pisar el acelerador. «Queda mucho camino por recorrer, porque el tiempo va muy rápido y tenemos que espabilar», señalaba. En ese punto, tanto desde el sector público y del privado calificaban de «imprescindibles» las alianzas. «Son algo vital. Si no, no hacemos nada», enfatizaba Bartual.

Bianca Dragomir, directora de Avaesen y líder of the ClimateLaunchpad, reclamaba también implicación y celeridad a los políticos. «Necesitamos una legislación y tramitación para que los proyectos lleguen a su fin», desgranaba, ahondando en que «hay que acabar con la desconexión entre empresas y Administración». «Hidraqua nos ha demostrado que está creando alianzas estratégicas», argumentaba Dragomir, poniendo como ejemplo de innovación el trabajo que llevan años desempeñando desde Avaesen en el campo de las renovables. «Estamos orquestando esa transición ecológica que reclama Naciones Unidas», contagiando a los asistentes su apuesta por las energías limpias. Aunque alertaba: «Hay que ir seis veces más rápido que hasta ahora para cumplir con los retos».

El ejemplo de que un modelo de desarrollo urbano sostenible a nivel social, económico y medioambiental es posible lo escenificaba Ignacio García Faubel, director de Innovación del Ecobarrio La Pinada . «La sostenibilidad no ha de ser un lastre, sino una oportunidad de futuro», remarcaba. «Como sociedad tenemos que medir qué hacemos y qué impacto tienen nuestras acciones para ser menos agresivos», reiteraba. El proyecto de la Pinada, con una visión a medio y largo plazo, prestará especial atención a conceptos como los del reciclaje, el ciclo del agua y energías limpias, así como a fomentar la conservación de las zonas verdes. El colegio Montessori, en Paterna, se ha erigido como el más sostenible de España, ahorrando un 70 % más en energía.

Mejores y más competitivas

La cita por las soluciones medioambientales arrancaba ayer martes en el pabellón 2 (nivel 3) de Feria València, escenario donde también se desarrolla estos días Ecofira e Iberflora bajo un sello verde. Los ponentes también abordaron cuál ha de ser el camino o recorrido que se debe seguir para alinear las estrategias del sector público y privado con los ODS marcados por la ONU. El consejero delegado de Hidraqua abogaba por «impulsar la sensibilización» desde la iniciativa privada. «No solo nos hace empresas mejores, sino también más competitivas», razonaba, en un discurso convencido sobre las oportunidades que ofrece el mundo medioambiental. «Es una vía para acabar con la desigualdad». «El planeta se va consumiendo por ejemplo con los incendios, nos lo estamos cargando muy rápido», aseveraba. Bartual explicaba que la tecnología digital permitirá avances solo comparables a lo que en su día supuso el descubrimiento del fuego.

Si hace apenas una semana el Alto Comisionado del gobierno para el cumplimiento de la Agenda 2030 emitía sus impresiones sobre el avance de los ODS, Ballester admitía que el informe era «amable y positivo». «Yo no lo soy tanto», apostillaba, para reconocer que si cuando se encontraban fuera del gobierno valenciano eran críticos con los incumplimientos, «ahora nos toca ser autocríticos». «No todo el mundo tiene las misma concepción de la emergencia climática, hemos de ir más allá de los discursos para pasar de las palabras a los hechos», reflexionaba. Momento en el que lanzaba: «Hay que acelerar más la política y la coherencia de los políticos, porque eso nos llevará a ver que hay muchas incongruencias».

«No tenemos ya tiempo»

Ballester ponía encima de la mesa ejemplos como la ampliación de la V-21 o del puerto de València. «Debemos pensar si son compatibles o si llevarlos adelante tiene más que ver con un desarrollo económico que no es de futuro», advertía, para acto seguido apostillar: «No tenemos ya tiempo». Ballester avanzaba que esta misma semana se constituye la Comisión Delegada de Transición Ecológica y Sostenibilidad Ambiental, aprobada en la reunión del Consell del pasado día 13 de septiembre para coordinar las políticas públicas y todas las acciones de la Generalitat Valenciana que se detallan en el Acord del Botànic d'Alacant.

Paso a la Transición Ecológica

El vicepresidente Rubén Martínez Dalmau (Podem) reunirá a todas las consellerias y secretarías autonómicas con competencias vinculadas con el proceso de Transición Ecológica con departamentos como los de hacienda, modelo económico, economía sostenible, emergencia climática, innovación, política territorial, ciencia, obras públicas, turismo, vivienda, movilidad, eficiencia energética, sanidad, ocupación, desarrollo rural, agricultura o comercio. «No es ninguna medida concreta, pero si un paso fundamental para avanzar hacia un modelo productivo que mire al futuro y no al pasado, para lo que necesitamos leyes y presupuestos concretos», aventuraba Ballester. «El reto es enorme y hay que buscar alianzas para vencer las sinergias del pasado», insistía.

Responsabilidad social

La Agenda de Desarrollo 2030 es un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad, con diecisiete objetivos formulados para erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático de forma global. Aunque las metas expresan las aspiraciones a nivel mundial, cada gobierno ha de fijar sus propias metas nacionales, atendiendo a las circunstancias del país. Y las empresas, como Hidraqua, tienen claro que su política ha de pivotar sobre dos ejes: «la conservación ambiental y la responsabilidad social», según Francisco Bartual.