La Federación Valenciana de Municipios y Provincias celebró ayer su asamblea número 15 donde volvió a ser reelegido como presidente el alcalde de Elda Rubén Alfaro. El socialista reedita su mandato al frente de esta institución a la que accedió en 2015 y ahora, cuatro años después se consolida entre los alcaldes valencianos como presidente de la federación.

Alfaro fue escogido por unanimidad en una lista «unitaria» y de «consenso», algo que no sucede a menudo en los foros políticos. El voto unánime evidencia para el alcalde que no hay partidismo en la federación porque «las necesidades municipales son las mismas para todos», dijo ayer Alfaro.

Para la nueva legislatura, Alfaro tiene claro que se debe avanzar en la lucha contra la despoblación ahora que «por fin» se ha colado en la agenda política. Un mérito que también achaca al Consell del Botànic y al Gobierno, pero ahora que se ha visibilizado, queda lo más difícil: encontrar las herramientas para combatirla y para frenar el éxodo hacia las urbes.

Más fuerza en Europa

Es el primer objetivo que Alfaro fija para los próximos cuatro años, donde también resulta imprescindible conseguir más fondos de la Unión Europea. «Hemos logrado estar en lobbies europeos pero se necesita más fuerza», señaló el alcalde. Para ello, cree que la FVMP necesita aunar fuerzas con las tres diputaciones provinciales de València, Alicante y Castelló así como con los órganos de la Generalitat que son vínculo entre la Comunitat Valenciana y Bruselas.

Por último, llevar la innovación tecnológica a los municipios que más dificultades tienen para impulsar la estrategia digital. El reto es conseguir smart cities o, en castellano, ciudades inteligentes.

Para ello, los municipios también escogieron a los vicepresidentes. La vicepresidencia primera será para Diego Gómez, el alcalde de Compromís en Alzira, uno de los principales fueros de la coalición en la provincia. Por eso fue propuesto por la dirección del Bloc (el partido mayoritario de Compromís) pero enfadó a diversos alcaldes del partido nacionalista. Gómez no pertenece al Bloc sino al colectivo de Gent de Compromís y este verano lanzó duras críticas contra la coalición por falta de democracia interna.

A Gómez se le unirá como vicepresidenta segunda Paz Carceller, alcaldesa popular de Puçol que cuenta con el trato de favor de la presidenta del PPCV Isabel Bonig. En ella se ve un buen perfil para ser un referente municipal en sustitución de Juan Ramón Adsuara, cuestionado en los últimos tiempos dentro de su partido. Por último, la vicepresidencia tercera será para Maria Dolores Berenguer, alcaldesa de EUPV en Monforte del Cid, en Alicante, una de las ocho alcaldías donde la formación obtuvo mayoría absoluta. La gestión de la pasada legislatura ha permitido que la federación tenga unas cuentas saneadas. Desde 2015, la deuda ha pasado de estar en 9,24 millones a los 2,5 de la actualidad.

Alfaro no solo consiguió el voto unánime de los alcaldes sino que también logró la aprobación del informe de gestión de los últimos cuatro años. Aún así, ayer insistió en que las quejas se mantienen intactas: el techo de gasto impuesto, la derogación de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, una norma muy «recentralizadora» y mejorar la financiación local, asegurando unos fondos para los municipios. Se trata de actualizar leyes, como la Régimen Local, que tiene que ser «más moderna y flexible para un mundo que va muy deprisa», señaló Alfaro.

La Asamblea la inauguró el secretario autonómico de Promoción Institucional y Cohesión Territorial, Alfred Boix e intervino el conseller de Hacienda, Vicent Soler. También participó el secretario general de la Federación Española de Municipios y Provincias, Carlos Daniel Casares.