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Enfrentarse a Madrid no da votos

Los tres partidos que más propuestas valencianistas incorporaron al programa electoral de las autonómicas de abril perdieron apoyos, según concluye un estudio

Enfrentarse a Madrid no da votos

Enfrentarse a Madrid en clave política con propuestas de más autogobierno, defensa de las instituciones valencianas o llenar el programa electoral de reivindicaciones propias no generó ningún rédito político en las elecciones autonómicas de abril. Tampoco el discurso político en el marco de un conflicto entre la periferia (en este caso valenciana) contra el centro (Madrid) resultó crucial. Ninguna de las dos cuestiones fueron determinantes en aquella cita electoral.

Es lo que concluye un estudio que analiza la presencia de iniciativas valencianistas en los programas electorales que presentaron los seis partidos que componen el sistema político valenciano a los comicios del 28 de abril.

Resulta llamativo que las tres formaciones que más propuestas valencianistas presentaron en el programa perdieron apoyos.

Compromís se dejó dos diputados respecto a 2015; el PP, once y Unides Podem fue el que peor resultado obtuvo de los seis que lograron representación. Los tres fueron con diferencia los que más guiños autonomistas incluyeron en su propuesta electoral, como señala el gráfico inferior.

En cambio, el programa electoral que presentaron los socialistas, a la postre la fuerza más votada, se elaboró sin demasiadas cuestiones autonomistas, salvo la referencia a la necesidad de una justa financiación autonómica. En el programa del PSPV se hablaba de una España plural y sin distinciones entre sus territorios. Por tanto no se puede decir que exista un elemento diferenciador valenciano que haya sido tenido en cuenta como elemento crucial en el programa. Compromís fue, con 153 propuestas, el que más iniciativas valencianistas incluyó, 57 de ellas en defensa de las instituciones valencianas y de autogobierno y 87 sobre reivindicaciones propias para la Comunitat Valenciana, según concluye el estudio, elaborado por el profesor de Filosofía del Derecho Luis Sebastián, la profesora de Ciencia Política Victoria Rodríguez-Blanco y el investigador postdoctoral Simó Alegre y publicado por les Corts Valencianes.

La formación valencianista, la única de ámbito no estatal, se mantiene como segunda fuerza en València, pero es la cuarta en Castelló y la quinta en Alicante. El estudio cree que la alcaldía de València y la visibilidad de la gestión autonómica ha podido influir para que mantenga la segunda posición en València pero en Alicante perdió cerca de dos puntos respecto a las elecciones de 2015.

En el caso del PP se observa un considerable número de propuestas concretas sobre la Comunitat Valenciana, lo que es coherente con su estrategia histórica, pero estas ya no generan el mismo impacto en el electorado que tuvieron en el pasado cuando en los tiempos de Camps o de Zaplana ejercieron una tracción electoral muy positiva, según los investigadores.

En el caso del PP, añade el trabajo, muchas de sus ideas valencianas reflejadas en el programa están más relacionadas con el modelo económico o ideológico del partido que con lo estrictamente valenciano, por lo que en esas propuestas sería sencillo sustituir el gentilicio por el de cualquier otra autonomía española sin que se notara el cambio.

Respecto a Ciudadanos se observa en su programa una cantidad relevante de propuestas autonómicas concretas (90). Sin embargo, responden, sobre todo, a criterios de eficiencia de la Administración y en su mayoría defienden una recentralización de competencias soslayada, apuntan. Además, también conjugan el gentilicio valenciano casi como algo circunstancial pudiendo intercambiarse por otro origen (aragonés, madrileño, gallego) y adaptarse del mismo modo a cualquier territorio.

Flagrante ausencia de propuestas

Sin embargo, el partido naranja mejoró sensiblemente sus resultados electorales al pasar de 13 a 18 diputados en las elecciones autonómicas de abril, pero los investigadores encontraron una «fragrante» inexistencia de propuestas concretas respecto a señas de identidad valencianas.

Para el análisis de Vox, que no tenía ni programa electoral autonómico, aunque logró diez diputados en las Corts, los investigadores se basaron en un manifiesto y diferentes tuits de la estructura provincial. Detectaron que el número de propuestas valencianas de la ultraderecha era limitado y que muchas de ellas defendían la pérdida de autogobierno (devolución de competencias o cierre de à Punt). Pero en contraste hallaron que las propuestas de defensa de las señas de identidad valencianas eran significativas, pero siempre desde posiciones anticatalanistas.

El estudio añade también que, en líneas generales, el subsistema político valenciano ha vuelto a plasmar las tendencias imperantes en España y afirma que la Comunitat Valenciana nunca ha conseguido, al contrario que otras nacionalidades históricas como Cataluña o el País Vasco, situar a un partido de ámbito no estatal como el más votado. Para explicar esta circunstancia apunta alguna clave. Una es que dos modelos de identidad valenciana antagónicos, el fusterianismo y el blaverismo, se enfrentaron durante el franquismo y la transición, lo que resultó letal para que movimientos regionalistas o nacionalistas se convirtieran en mayoritarios. Ello generó la búsqueda entre el electorado valenciano de identidades refugio que no fueran conflictivas, y esa fue la del españolismo constitucionalista. Los partidos en esa posición ideológica han ganado todas las elecciones celebradas en la Comunitat Valenciana.

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