Casi seis meses después de las elecciones autonómicas, el Gobierno tripartito de izquierdas no sufre desgaste electoral. Al contrario, se refuerza frente a una derecha tocada por el pinchazo de Ciudadanos. Ni los avisos de frenazo de la economía, ni la difícil situación financiera de la Generalitat por el bloqueo político en Madrid, ni el ambiente permanente de batalla preelectoral que ha agudizado las tensiones en el seno del ejecutivo autonómico, ni los forzados recortes al presupuesto de las conselleries, nada de todo eso hace mella en las expectativas electorales del bloque progresista a la vista de los resultados de la tradicional encuesta de otoño de Invest Group para las cabeceras de Prensa Ibérica en la Comunitat Valenciana: Levante-EMV, Información de Alicante y Mediterráneo de Castelló.

El escenario que el sondeo presenta (las 900 entrevistas en las tres provincias se realizaron entre el 23 de septiembre y el 1 de octubre, cuando los hechos relatados estaban ya encima de la mesa) es que PSPV, Compromís y Unides Podem sumarían 59 diputados, siete más de los que obtuvieron en las elecciones del pasado 28 de abril.

El peso de este avance recae fundamentalmente en los socialistas de Ximo Puig, a los que la encuesta catapulta: de 27 escaños a 35, con una estimación de voto del 32,6 % (en abril se quedó rozando el 24 %). Pero también Compromís progresa y gana un diputado (de 17 a 18). El tercer socio, Unides Podem, sí que se resiente, en la línea dominante en los últimos estudios demoscópicos, pero el retroceso no es espectacular, a pesar de toda la bronca con Pedro Sánchez en Madrid sobre la formación de Gobierno: de ocho a seis representantes en las Corts. Su voto estimado del 7,4 % les garantiza la permanencia en la Cámara, pero la barrera del 5 % está cerca.

El panorama dibujado por el sondeo permitiría incluso un gobierno a dos, sin participación de los morados, ya que solo PSPV y Compromís suman 53 escaños (uno más de los que ahora posee el tripartito).

El principal damnificado en el paisaje resultante de la encuesta es Ciudadanos. Los efectos del veto a Pedro Sánchez parece que llegan a las expectativas de voto autonómicas y lastran al partido de Albert Rivera y Toni Cantó, que en menos de seis meses habría perdido casi la mitad de sus representantes: de 18 pasaría a diez. Dejaría de ser la tercera fuerza en las Corts en favor de la coalición de Mónica Oltra.

Como segunda fuerza se mantiene el PP, pero ahora con un margen más holgado con respecto a los que hace pocos meses le pisaban los talones. El giro al centro de Pablo Casado se deja notar en las posibilidades de Isabel Bonig, que pasaría de los 19 diputados actuales a 22. Cs, que ahora tiene uno menos, se quedaría a doce de distancia.

La tercera formación del bloque conservador, la ultraderecha de Vox, también baja, pero moderadamente: de diez a ocho, con un 8,7 % de los votos (obtuvo en abril casi un 10,5 %). En conjunto, los tres partidos suman 40 escaños, según el sondeo, frente a los 47 actuales.

El análisis de transferencia de los apoyos que realiza Invest Group señala que las papeletas que pierde Ciudadanos irían principalmente al PP, aunque también a PSPV y Vox. Los socialistas beben además de Compromís y Unides Podem, mientras que los valencianistas pescan sobre todo del caladero morado.

El partido de Rivera solo retiene la mitad de los votos captados en abril (el 53 %). Por contra, las formaciones de Puig y Oltra son las que registran una mayor fidelidad: del 83,9 % en el caso de los socialistas y del 86,8 % en el de Compromís. Ello explica su fortalecimiento electoral. Tampoco salen mal parados PP y Unides Podem en esta variable, con niveles de capitalización de los votantes por encima del 75 %.

La polarización crece

El estudio de Invest Group constata además cómo la polarización crece en la sociedad valenciana. La identificación ideológica en posiciones de centro registra sus cifras más bajas (14,6 %) en la serie de estos sondeos anuales de otoño, que se remonta a 2015.

Hace un año, el 27,4 % se ubicaba en esa situación. En correspondencia, se dispara la adscripción a posiciones de izquierda y derecha. No hay novedad en que las adscripciones progresistas son mayoría (46,7 %) frente a las conservadoras (36,9 %). Es una tónica en todos los estudios.

El sondeo contradice además la idea del cansancio electoral, ya que se trata del que ofrece un índice de participación declarada más alta desde 2015. Solo el 4,9 % de los entrevistados dice que se abstendría en unas autonómicas. Hace un año, este porcentaje era del doble (8,2 %). Y un 10,2 % prefiere no manifestar su intención de voto (un 31,4 % en octubre de 2018).

Por provincias, el crecimiento del PSPV de Puig se fundamenta en València (cuatro diputados más) y Castelló (tres más). En Alicante sumaría uno a los diez que logró en abril.

En el lado contrario, el batacazo en las expectativas de Ciudadanos es regular en todo el territorio: tres escaños se deja en València y Alicante y dos en Castelló. El PP crece sobre todo en Alicante (dos representantes) y se mantiene igual en Castelló. Algo parecido sucede con Compromís: gana dos parlamentarios en Alicante, se queda igual en Castelló y pierde uno en València. Unides Podem, por su parte, sangra en las provincias de Alicante y Castelló.

Por edades, el gran nicho del PSPV es en la franja de 35 a 49 años; el del PP, a partir de los 64 años, y el de Compromís, entre 25 y 34 años.