Los planes estratégicos son necesarios pero también el dinero y las inversiones si se quiere cambiar realmente la atención que reciben las personas con algún trastorno mental en la Comunitat Valenciana. Esta la reflexión (y crítica abierta a la Conselleria de Sanidad) que ayer lanzaron desde la Sociedad de Psiquiatría de la Comunidad Valenciana aprovechando la celebración mañana jueves del Día Mundial de la Salud Mental.

Así, desde la junta directiva de esta sociedad científica aplaudieron los esfuerzos realizados por la Conselleria de Sanidad para diseñar la Estrategia Autonómica de Salud Mental 2016-2020 en la que participaron «numerosos profesionales» pero también mostraron su «frustración y desencanto» al comprobar que estas líneas estratégicas diseñadas por Sanidad para mejorar las cosas se quedaban en establecer programas y formas de hacer pero sin «dotación económica ni inversiones en personal o infraestructuras».

Los psiquiatras recuerdan que este impulso económico es esencial para que realmente la atención a este colectivo mejore.

«La estrategia no se ha acompañado de dotación económica ni de inversiones en personal o infraestructuras. Se pretende que un número de profesionales claramente inferior a los estándares establecidos por los organismos internacionales implementen unos planes que implican la dedicación de más tiempo de trabajo en unas consultas ya saturadas», apuntaron ayer desde la sociedad científica.

«La SPCV reclama del gobierno valenciano que, tal como se indica en la estrategia, se marque la salud mental como una prioridad», insisten.

Además de necesitar más recursos para poner en marcha lo establecido por la administración, los profesionales apuntan a que existen ya «carencias» de base en todos los departamentos de salud para llegar a ofrecer una atención «digna y profesional». «Tanto en recursos hospitalarios como ambulatorios y se está derivando a pacientes a recursos privados, a los que se destinan importantes partidas económicas, sin que apreciemos una contraprestación equivalente en cuanto a resultados clínicos», critican.

División de responsabilidades

Otras de las cuestiones que los profesionales ponen en duda es que todo el proceso de detección, tratamiento y reinserción social de las personas con enfermedades mentales no dependan orgánicamente de la Conselleria de Sanidad sino que las responsabilidades se compartan con la Conselleria de Igualdad, situación que también afecta a otros pacientes.

Para los psiquiatras es «fundamental» que todo el proceso estuviera integrado y que los dispositivos de rehabilitación y reinserción, así como los dispositivos residenciales dependieran también de Sanidad «para atender de forma adecuada todas las necesidades de esta población».