El 54,4 por ciento de los hogares monoparentales de la Comunitat Valenciana se encuentra en riesgo de exclusión o pobreza, frente al 30,2 %, y representan el 10 % del total de hogares de la autonomía, según un estudio de la Fundación Adecco.

El 86 % de esos hogares está encabezado por mujeres -170.900 frente a los 27.600 que encabezan hombres-, de las que el 47 % están divorciadas; el 42 % tienen entre 41 y 50 años; el 47 % a cargo de un hijo y ocupada (el 59 %) que vive solo con sus hijos (el 76%).

La Fundación Adecco realiza este informe para "sensibilizar y profundizar" en la situación y los retos que viven los más de 1,5 millones de hogares encabezados por mujeres con responsabilidades no compartidas en España. En esta ocasión, para el estudio -sobre una encuesta confidencial a 170 mujeres-, la entidad ha contado por primera vez con el apoyo de la Conselleria de Transparencia.

El estudio refleja que en España ocho de cada diez hogares monoparentales están encabezados por una mujer. Actualmente estas familias ya representan el 10,1 % de los hogares en España, un porcentaje que sigue aumentando a medida que pasa el tiempo.

El mayor peso sigue siendo el de la familia prototípica: pareja con hijos que conviven en el hogar (34 %), seguido de un 25,5 % de hogares unipersonales, una cifra que aumenta año tras año; al igual que el número de hogares monoparentales.

Según el informe Foessa, en los últimos cinco años se ha producido una mejora sustancial de la situación social de España. Sin embargo, los hogares monoparentales, por sus características intrínsecas, están "especialmente sobre representados en la exclusión social", apunta la entidad en un comunicado.

Además, se constata también que tener hijos en hogares con un solo adulto a cargo "incrementa notablemente el riesgo de exclusión del mercado laboral y como consecuencia de pobreza y exclusión social".El porcentaje de ocupación laboral en mujeres monomarentales disminuye a medida que aumenta el número de hijos por hogar.

Así, la relación entre pobreza, exclusión social y hogares monoparentales es "clara" ya que estos hogares están expuestos a un "triple factor de vulnerabilidad": sexo, grandes cargas económicas y emocionales no compartidas y estigma social.

Las comunidades autónomas donde las familias monoparentales presentan mayor riesgo de pobreza son Ceuta (89 %), Extremadura (80 %) y Andalucía (69 %).

La transmisión de la pobreza afecta a los niños que nacen y se crían en un hogar con escasos bienes materiales y con ingresos reducidos, y aumentan la dificultad de salir de dicha situación.

En este sentido, la fundación destaca que resulta "fundamental" apostar por medidas que protejan a estas familias "para que así se desvincule la monomarentalidad de la vulnerabilidad y exclusión a la que son relegadas por falta de apoyos, sobre todo en una sociedad en máximos de envejecimiento que, paradójicamente, debería apoyar la maternidad de quienes la afrontan en solitario".

Una vez encuentran empleo estas mujeres, la conciliación resulta "determinante" para poder compatibilizar la vida laboral y personal, sobre todo en el caso de las familias monomarentales pues son muchas las que aseguran que el "mayor problema no es tanto el acceso al empleo sino mantenerlo debido a las necesidades que tienen".

Así, el 55 % asegura encontrar dificultades para encontrar una jornada laboral adecuada y que se ajuste a sus responsabilidades familiares. De hecho, algunas mujeres con responsabilidades no compartidas acaban trabajando en la economía sumergida por falta de oportunidades que se adapten a su situación. El 87 % afirma que el trabajo de las familias monomarentales -la carga añadida del propio tipo de hogar- está "invisibilizado" en la sociedad.

Ante este escenario y dada la carga mental y del hogar que tienen la mayoría de estas mujeres al regresar después del trabajo, resulta "crucial apostar por medidas de conciliación y flexibilidad para que el empleo funcione como freno de la exclusión o pobreza", ha indicado.