La consellera de Innovación y Universidades, Carolina Pascual, celebra que el Gobierno central haya decidido reunir antes de las elecciones del 10 de noviembre a rectores y responsables autonómicos de las universidades para revisar las pruebas de Selectividad. «Habríamos deseado que se hubiera puesto en marcha antes y, de hecho, hemos hecho gestiones para que se produzca», dijo ayer.

Los ministerios de Educación y de Universidades quieren identificar posibles desigualdades entre las pruebas en las distintas autonomías, en busca de una equidad que los alumnos de la C. Valenciana pusieron el curso pasado en entredicho por lo que consideraron un examen de Matemáticas excesivamente difícil. Los alumnos reclamaron que les perjudicaba en la nota final a la hora de acceder a una carrera junto al resto de alumnos del país.

Para la consellera, equidad «no significa homogeneidad, porque cada comunidad autónoma tiene sus propias características, como son las lenguas cooficiales», en referencia al valenciano.

Partidaria de que «se revise el modelo actual en condiciones de igualdad, porque el nivel de dificultad debe ser igual para todos», la consellera abunda que tampoco aboga por unas pruebas «uniformes». Desde el Gobierno se ha señalado la intención de que se llegue a consensos de forma que los posibles cambios, dirigidos a «corregir incidencias y garantizar la equidad de los estudiantes de toda España», puedan aplicarse en la próxima convocatoria de junio de 2020.

El rector de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Juanjo Ruiz, considera «justo» que se revise el modelo «para que no haya agravios entre estudiantes porque nosotros, por ejemplo, recibimos alumnos de Murcia», señala.

También plantea dudas sobre la necesidad de retocar el sistema de forma significativa. «Hay que analizar las medias y los mecanismos de evaluación para extraer conclusiones», advierte.

Entre los directores de los institutos de la provincia consultados por este diario, prima el sentir general de que se deben unificar los criterios de las pruebas de la Selectividad tanto en contenidos como de evaluación, para que cualquier alumno esté en igualdad de condiciones a la hora de acceder a la universidad, pero también muestran preocupación ante la posibilidad de que se introduzcan cambios en la estructura de las pruebas para este mismo curso.

Consideran que los modos y los tiempos no son adecuados, con unas elecciones generales a la vista y sin la seguridad de que se forme un gobierno con la agilidad necesaria como para que cualquier cambio que se aplique en la selectividad no resulte precipitado.