Los más de 4.000 farmacéuticos colegiados de la provincia de Valencia decidirán el lunes en asamblea si refrendan los nuevos estatutos diseñados por la actual junta de gobierno y que han sido modificados antes de llevarse a asamblea a la vista de las alegaciones recibidas.
Y es que la cuantificación de los nuevos sueldos que se establecían para varios cargos de la junta de gobierno (presidente, secretario y tesorero) había levantado ampollas en un sector de los colegiados, motivo por el que la propuesta se ha pulido y se ha retirado la intención incial de que los sueldos brutos a estas tres figuras fluctuaran de los 52.000 a los 91.000 euros.
La intención de los responsables del colegio de farmacéuticos (el más antiguo de España) es «profesionalizar» los máximos puestos de gestión de la institución asignando unos salarios que permitan realizar las tareas de gestión y desterrar el cobro de asignaciones, compensaciones o dietas que «siempre son variables y pueden ser más opacas» y por las que se rigen la mayoría de colegios.
En este caso se pensó en aumentar la compensación que actualmente se otorga (y que cubre solo el sueldo de un farmacéutico adjunto que sustituya, por ejemplo, al presidente de la entidad si es titular de una farmacia) para favorecer, según explican desde el colegio que «profesionales de todos los ámbitos y no solo aquellos con una farmacia en propiedad y más recursos puedan optar a estos cargos».
Actualmente, el presidente cobra por esta sustitución y por gastos de representación «debidamente justificados». De esta forma si ahora se toma como base el sueldo de un farmarcéutico adjunto y que según convenio estatal ronda los 1.798 de salario bruto mensual (más 74 euros del plus por la adjuntía), en la primera redacción de los nuevos estatutos se preveía una compensación económica «según dedicación» de «entre dos y tres veces y media» ese salario bruto lo que dejaba la horquilla de los nuevos salarios entre los 52.416 y los 91.728 euros brutos anuales.
«Hemos sido conscientes del error que suponía incluir esa cuantificación y, por tanto, se ha retirado», apuntaron fuentes del colegio oficial que insistieron en que el ánimo de incluir unos sueldos en los estatutos es dar «mayor transparencia» y que todos los cobros se incluyan en los presupuestos de forma previa y que pueda haber una mayor vigilancia.
Ahora, y según el documento que los farmacéuticos votarán el próximo lunes en asamblea, se reconoce la necesidad de incluir compensaciones económicas fijas para estos responsables pero sin cuantificar ya que será fijada por un reglamento de régimen interno que confeccionará la junta de gobierno y se detallará en el presupuesto anual «a aprobar por la Asamblea General». Desde el colegio negaron también que la intención fuera «lucrarse» introduciendo ya el cambio.
«Desde que se aprueben hasta que se pongan en marcha no pasarán menos de año y medio o dos años, cerca ya de las nuevas elecciones», aseguraron.
Elecciones más competitivas
Desde la entidad destacaron que la reforma de los estatutos implica «muchos aspectos positivos» y que la cuestión de la cuantificación de los salarios se había tomado por parte de un grupo de colegiados como «arma» para desprestigiar al actual equipo de Jaime Giner y los cambios a introducir que buscan «democratizar el acceso a la institución».
De esta forma, la asignación de un salario posibilitará que «no solo los farmacéuticos dueños de una farmacia en Valencia puedan compatibilizar el cargo» y se introducen además cambios como rebajar el número de personas a integrar en una candidatura de 36 a 25 «para que realmente haya posibilidad de crear candidaturas y que haya elecciones más competitivas», añadieron.
