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Entrevista

Agustín Reyes: "Si el maestro habla español, nunca hará que el alumno se suelte en inglés"

Dice con orgullo y emoción que la docencia le cautivó y que, por eso, ahora enseña a los futuros profesionales de Inglés

Agustín Reyes, ayer, en un instante de su intervención en el edificio Nexus de la UPV. miguel ángel montesinos

En una de sus conferencias ha hablado de la reinvención del conocimiento, ¿cómo se puede reinventar la enseñanza de idiomas?

Más que reinventar, porque ya está inventado, hay que poner énfasis en que muchas veces el enfoque comunicativo se centra en que los estudiantes hablen. ¿Y si, en el siglo XXI, la clase de inglés sirve para que el alumno también desarrolle conocimiento? Que no sea solo gramática, sino que a través de la clase de lengua los alumnos también puedan desarrollar otras destrezas. Se puede conducirles a crear y construir ideas, no a memorizar. Ahora hablamos de un concepto de literacidad que va más allá de la lectura y escritura; es integrar todas las destrezas para crear una quinta: pensar. Por otro lado, vivimos en una sociedad multimodal, con las tabletas, los ordenadores, internet... y es tan importante el lenguaje como las imágenes. Por tanto, es multiliteracidad.

¿En qué otros aspectos educativos puede influir el aprendizaje de idiomas?

Hablamos de cuatro destrezas [comprensión oral y escrita y expresión oral y escrita] más la de pensar. Por ejemplo, yo con mis alumnos hablo de aprender a leer imágenes, lo que también es muy importante y está conectado con la multimodalidad. Introduzco mucho la literatura en el aula, y para los niños se puede hacer con los álbumes ilustrados, con un 50 % de imágenes y un 50 % de palabras. Los escolares no tienen dominio del vocabulario y los verbos, pero pueden leer las imágenes y también podemos enseñarles a interpretar.

¿Cree que además de leer y escribir hay una tendencia en los últimos años de fomentar la oralidad en la enseñanza de lenguas?

Sí, y es fundamental. Era un problema que teníamos porque justamente al aprender inglés mucha gente no sabía pronunciar y también teníamos problemas escuchando y entendiendo a los nativos. Ahora, una de las claves es integrar las lenguas y usar la importancia que tienen leer y escribir para luego suscitar la discusión de ideas. No hay que leer muchísimo y meterles novelas, esto es inviable y no tiene sentido, pero sí se pueden usarse recursos que combinen las dos cosas: un anuncio, una cita... Hay tres dimensiones: una cognitiva, que es hacer que el alumno se sienta a gusto en clase, tenga la voluntad y quiera aprender; la conceptual, que es seleccionar los contenidos, desde la gramática hasta la temática; y luego la dimensión sociocultural, que hace único a cada niño, y crea la interacción con otros niños. Al interactuar, todos contribuimos a crear una reflexión de la que tú alcanzas tus conclusiones.

¿Ayuda la figura de los auxiliares de conversación a que se dé una especie de inmersión lingüística en las aulas, sin necesidad de viajar al extranjero?

Los asistentes no pueden transmitir su acento ni su fluidez a los alumnos... pero sí los pueden convertir en aprendices activos. Han de guiarlos para que creen significados, ideas... y a partir de ahí, construir conocimiento. Los asistentes son esenciales para crear un contexto y pueden hacer ver que no saben nada y preguntar a los alumnos para que hagan el esfuerzo de explicarles.

Además, no los conocen, porque no son sus maestros habituales...

Exactamente. Los escolares se van a sentir siempre atraídos y querrán acercarse. A los auxiliares les he dicho que aprender es una actitud, pero enseñar, también. Se tienen que abrir y ser ellos mismos, porque traen una cultura que encanta a los niños. Es una inmersión en el aula durante los minutos que estén con ellos.

¿Esto también es una invitación para que los escolares hagan un poco suya la lengua extranjera?

Es una de las frases que digo, que hay que hacer que la hagan propia; es una de las finalidades. Quizá no tengan un buen dominio del idioma, pero da igual, de los errores gramaticales aprendemos. Tienen que expresarse y crear sus ideas; es uno de los retos más importantes.

¿Qué hay de tópico y qué hay de cierto en que el inglés se le da mal a los españoles?

Ese es un complejo que hemos arrastrado durante muchos años; yo tengo esperanza porque mis alumnos están entusiasmados. En las clases de inglés aún se habla castellano y eso es un problema que hay que superar. La lengua vehicular tiene que ser el inglés, aunque contesten en español, y ya buscarán la forma de hablar. Si el maestro habla en español, nunca hará que el niño se suelte en inglés. Eso tenemos que mejorarlo, pero depende del nivel del profesorado, porque tampoco hay que poner presión sobre ellos. Algunos son muy mayores y no se sienten cómodos con el inglés, o tienen un B1 o B2 y no tienen la soltura suficiente.

¿El modelo plurilingüe valenciano es suficiente?

Es un adelanto, una oportunidad; debemos ver como una gran ventaja que un niño pueda, cada vez más, expresarse en diferentes lenguas. El procedimiento de crear ideas se puede desarrollar en las tres lenguas, y también el conocimiento. En castellano y valenciano se ha comprobado que es posible, en inglés nos falta que los maestros estén preparados y en eso trabajamos. En los 10 años que llevo en la Facultat de Magisteri he visto un progreso muy significativo: antes no se daba Inglés en Primaria, ahora ya se plantea en Infantil.

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