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Las bolsas de la compra van a más en el medio marino y bajan los restos de madera

La playa Marenys de Tavernes es la que registra mayor volumen de desechos de las 26 evaluadas por el ministerio en toda la costa española en 5 años El 29 % de la basura está relacionada con el turismo

Las bolsas de la compra van a más en el medio marino y bajan los restos de madera

El litoral mediterráneo encalla en el examen de calidad medioambiental del Ministerio para la Transición Ecológica por culpa de la contaminación marina. Así lo sostiene la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, que esgrime para ello los datos procedentes del programa de seguimiento de basuras marinas en nueve puntos entre Murcia, Comunitat Valenciana, Cataluña e Islas Baleares, «donde no se observa disminución de la abundancia total entre 2013 y 2018, por lo que no se alcanza el buen estado ambiental». Desde la Secretaría de Estado de Medio Ambiente se han evaluado un total de veintiseis playas de toda la costa española durante cinco años y Marenys, en Tavernes de la Valldigna, es la que registra mayor volumen de objetos, con 995 en 100 metros, seguida por Balerma en Almería (837), Rodas en Pontevedra (781) y Levante en Formentera (747).

La mayor parte de la basura que se encuentra en las playas del litoral mediterráneo, colillas, botellas de plástico o latas de bebidas está relacionada con las actividades turísticas y suponen un 29 %. Le siguen aquellas que proceden del transporte marítimo o navegación (10 %), siendo más escaso el impacto de los residuos procedentes de instalaciones sanitarias (9 %) y las actividades pesqueras (3 %). El grueso, el 49 % restante, son de origen desconocido o se corresponde con más de una fuente de contaminación. El test del ministerio se aplicó también en otras dos playas valencianas, La Gola, en Santa Pola, y La Basseta, en Peñíscola, además de la ya mencionada Marenys en la comarca de la Safor.

La evaluación llevada a cabo por el departamento de Teresa Ribera arroja «una clara evidencia» de que los plásticos suponen el 70 % de los desechos recogidos. Los técnicos se refieren tanto a los materiales que han sido «deliberadamente descartados o perdidos en la arena, en la orilla, en las costas o en el mar», como a los transportados desde fuentes terrestres a través de los ríos, escorrentía, alcantarillado o por la acción del viento. Los restos plásticos son los más frecuentes (67,8 %) y en menor proporción los de papel o cartón (14,1 %). Este último apartado debe su abundancia a los filtros de cigarrillos, de ahí que en algunos puntos del litoral empiecen a proliferar espacios libres de tabaco. Los residuos higiénicosanitarios representan en 8,4 % y los de metal, un total de 3,1 %.

Las pruebas, cuatro veces el año

Cada playa se muestrea cuatro veces al año -primavera, verano, otoño e invierno-, con el objetivo de evaluar la existencia de un comportamiento estacional. La metodología incluye el recuento y retirada de todos los objetos visibles sobre un transecto de 100 metros de playa y una segunda inspección, en este caso de una longitud de 1.000 metros, que abarca el anterior, en los que únicamente se consideran aquellos con una dimensión mayor a 50 cm. En las nueve playas mediterráneas se realizaron un total de 206 muestreos, con 76.139 objetos recogidos.

La selección de las playas sometidas a seguimiento se realizó atendiendo a criterios como estar compuestas por arena o grava y expuestas a mar abierto. Además de ser accesibles para facilitar la retirada de la basura, debían tener más de cien metros de longitud y a ser posible más de un kilómetro. Estar libre de edificaciones o instalaciones a lo largo de todo el año era otro de los requisitos. En ese punto, desde el ministerio se hace especial hincapié en que no tendría sentido llevar a cabo el programa en un punto que tuviera limpieza diaria. En invierno es la campaña donde mayor número de objetos aparecen con un promedio de 383 y en verano la que menos (270) achacabe principalmente al trabajo diario de las máquinas-escoba en las playas de destino turístico.

El seguimiento uniforme de las basuras permite interpretar y comparar la situación en las diferentes playas españolas con una información sobre cantidades, tendencias y fuentes de contaminación marina que ayudará a tomar medidas de mitigación efectivas y evaluar la validez de la legislación y normativa existente al respecto.

Un problema para la salud

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica se incide en que las basuras marinas «no son solo un problema estético, sino que además de generar un importante impacto socioeconómico, amenazan la salud y la seguridad humanas y producen efectos negativos sobre los organismos y los hábitats marinos».

El impacto por enredo o ingestión de desechos marinos puede tener consecuencias negativas sobre el estado físico de los animales marinos e incluso provocar su muerte. Además de dañar o degradar los hábitats y aumentar el riesgo de transferencia de especies exóticas. La ingestión de microplásticos es tambien motivo de preocupación ya que puede proporcionar una vía para la introducción de contaminantes en la cadena trófica.

Para alcanzar el grado de buen estado ambiental (BEA) dede el Ministerio de Transición Ecológica se recuerda que según lo establecido en las estrategias marinas españolas es necesario que la cantidas de basura marina, incluyendo sus productos de degradación, tanto en la costa como en el medio marino, disminuya o sea reducido con el tiempo y se encuentre en niveles que no den lugar a efectos perjudiciales.

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