La búsqueda de mujeres que ejerzan la prostitución viene provocada por un auge que se genera por dos factores clave: una «brutal demanda», en palabras de la directora del Centro Interdisciplinar de Estudios de Género de la UMH, María Jesús Navarro Ríos, y la disminución de la edad de acceso a la pornografía de niños y adolescentes, que en los últimos tiempos se ha rebajado hasta los 8 años. «Socialmente se les está transmitiendo la idea a las mujeres de que la prostitución es una forma de empoderamiento, y eso es muy negativo», sostiene Navarro Ríos, que en la tarde de ayer leyó las conclusiones tras la intensa jornada vivida en el campus ilicitano.
Los conocedores de la materia han detectado que el lobby proxeneta trabaja en los entornos universitarios para difundir el discurso de la legalización y convencer a chicas jóvenes para mercantilizar su cuerpo. «Antes lo peor que te podían decir era que eres una puta y ahora que eres una mojigata», asegura la experta de la UMH. En este contexto, aplaude el discurso abolicionista que el Ayuntamiento de Elche quiere aplicar a la ordenanza municipal, en la que también colabora la Universidad. El Consistorio, que anunció esta normativa hace más de un año, quiere emular el modelo de Sevilla, ciudad pionera en aclarar el marco de sanciones, las multas, la actuación policial y la lucha contra la publicidad sexista.
Cara amable
Para conservar un negocio que mueve miles de millones en España el lobby proxeneta busca ofrecer una cara amable, según otra de las conclusiones de la jornada que acogió la UMH. Ante ello, los expertos abogan por deconstruir la masculinidad y acabar con la cosificación de las mujeres. Pero el acceso a la pornografía, rebajado a los 8 años, genera una gran barrera. Así lo considera Navarro Ríos: «Los niños tienen a un clic infinidad de vídeos que van al nivel más bajo, a la violencia. En ellos se reproduce la sumisión de la mujer y la dominación del hombre».
Los expertos coinciden también a la hora de señalar que la receta para poner freno a la prostitución no pasa únicamente por multar al putero y se deben abarcar más acciones, que van desde las campañas de sensibilización a las ayudas a las mujeres que quieren salir de ese pozo, pasando por la criminalización del consumidor. En estas cuestiones se lleva trabajando en la UMH desde hace siete años, con resultados como la jornada de ayer, que reunió a 400 participantes, un 90% de ellos procedentes de fuera del ámbito universitario. El centro de investigación también ha detectado un aumento del número de chicos universitarios que demanda prostitución.
