«Ens volem sense pobreza i defensant el planeta». Este es el lema de 2019 de la campaña de "pobresa zero" que, como cada año desde 2005, organiza la Coordinadora Valenciana de ONGD. Un conjunto de actos, recogidas de firmas, conferencias y, cómo no, de manifestaciones como la que ayer reunió a más de mil personas en la ciudad de València o como las que se produjeron el viernes en Castellón y en Alicante.

Encabeza por grandes globos del mundo, que simbolizaban esa emergencia climática que ya es una realidad, la marcha partía del Parterre en dirección a la plaza de la Reina. Una de las portavoces de la organización, Maite Puertes, explicaba que en los últimos cinco o seis años «unas 27 millones de personas se han desplazado forzosamente por el cambio climático, una cifra que podría llegar a los cien millones en 10 años». Y ponía de manifiesto que «como hemos visto aquí con la gota fría, la gente que más lo sufre es la que tiene viviendas en situaciones más precarias».

La precariedad femenina es, igualmente, una situación global, pero también local. De este modo, Puertos matizaba que «el porcentaje de mujeres en riesgo de exclusión social en la Comunitat Valenciana es ya del 32 %». La portavoz del colectivo Pobresa Zero denunciaba que más de 2.000 millones de personas se encuentran en situación de pobreza en el mundo y 700 millones en riesgo de pobreza extrema. Y reclamaba «voluntad y altura de miras a la hora de poner en marcha políticas que luchen para paliar estas problemáticas y para proteger a los colectivos más vulnerables».

«La juventud es la clave»

En la manifestación había muchas mujeres y también muchas personas jóvenes. Precisamente en estos dos colectivos ponía su énfasis la concejala de Cooperación del Ayuntamiento de València, Maite Ibáñez: «Es importante ver que los jóvenes están aquí y están muy activos en todas las políticas sociales que estamos haciendo». Tras lo que recordaba que «En la Comunitat Valenciana hay alrededor de un millón y medio de personas próximas a la exclusión social y por tanto desde las instituciones debemos de trabajar para paliar estas situaciones».

Poco a poco, y entonando todo tipo de cánticos, los manifestantes iban llegando a la plaza de la Virgen para lanzar desde allí un grito por la equidad social global. Entre las pancartas que exhibían los manifestantes se podían leer mensajes como «Más hechos y menos promesas», «Rebélate por la pobreza» o «migrar es un derecho, no lo hagas un problema».

Para acabar el acto se leyó el comunicado de este año que reclama una política fiscal «justa» y que «las grandes corporaciones paguen sus impuestos de acuerdo a sus ganancias». Y se animó a la ciudadanía a «tomar conciencia y ser coherentes, evitando la cultura consumista del beneficio al corto plazo».