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El boom de la maternidad en solitario

El número de mujeres que opta por tener hijos en solitario no deja de aumentar, impulsado por la caída de los tabús y la mejora de las técnicas de reproducción asistida

El boom de la maternidad en solitario

«Desde siempre he tenido muy claro que quería ser madre y cuando me fui haciendo mayor sabía que lo haría en pareja o en solitario», explica M. G., quien cumplidos los 40 decidió ser madre en solitario. En marzo de 2018 nació su hijo. Con muchas alegrías y algunas dificultades, M. G. no duda de que «ha sido la mejor decisión de mi vida». Entre las ventajas, destaca el hecho de poder tomar todas las decisiones en solitario «desde el nombre del niño, al colegio al que lo voy a llevar». En su entorno todos aceptaron la decisión «con la madurez que me daban mis 40 años y por el hecho de que desde siempre era algo que tenía muy claro». Y aunque M. G. no se cierra a tener una pareja, reconoce que ahora, con la responsabilidad de tener un niño a su cuidado, es mucho más selectiva que antes.

El de las madres solteras por elección es un fenómeno al que es complicado poner cifras, ya que no hay un registro oficial que las cuantifique, pero en las clínicas de fertilidad corroboran esta tendencia. En el Instituto Bernabeu, por ejemplo, en tan sólo un año el número de mujeres que han iniciado un tratamiento en solitario ha aumentado un 80%. El año pasado atendieron poco más de un centenar de casos y estiman que cerrarán este año con unas 190 mujeres. Hace diez años, estas situaciones «eran mera anécdota», señala Rafael Bernabeu, director médico del Instituto Bernabeu. En la clínica IVF atienden al año en torno al centenar de pacientes con este perfil, que ya representan casi el 10% del total de mujeres. En la Unidad de Reproducción Vistahermosa, su responsable, José López Gálvez, también cifra en un 10% el peso que estas pacientes tienen sobre el total de los tratamientos. «Los tabús se han roto y es algo que ya se ve con total normalidad», sostiene Gálvez.

Entre las pacientes también hay muchas extranjeras, atraídas por el alto nivel de calidad que ofrecen las clínicas en la provincia y por el hecho de que España goza de una legislación más flexible. «En muchos países de Europa central, como Austria, Suiza o Alemania, no es legal si no hay matrimonio», explica Rafael Bernabeu.

El perfil de quien decide afrontar el reto de la maternidad sin pareja es muy concreto. «Son mujeres independientes económicamente y con gran fortaleza y autodeterminación», señala Sergio Rogel, ginecólogo experto en fertilidad de la clínica IVF. En su opinión la ruptura de los tabús en torno a este tipo de maternidad impulsa su crecimiento. «Ya no es algo extraño. Todos conocemos a mujeres en esta situación y en los colegios también es frecuente encontrar niños fruto de este tipo de nacimientos».

No obstante, el factor económico es uno de los principales frenos que hace que no todas las mujeres que lo desean puedan ser madres en solitario. «Lo primordial es tener trabajo, porque no hay ningún tipo de ayuda social, y gente que te eche una mano, como los abuelos o los hermanos», afirma Cristina, nombre ficticio de una vecina de Alicante, mamá de una niña de 3 años. Su caso es parecido al de M. G. Con 42 años se sometió a un tratamiento para quedarse embarazada, del que nadie de su entorno supo nada hasta que no se quedó encinta. «Sencillamente no quería que nadie influyera en mi decisión». En su caso no encuentra muchas diferencias con otras parejas con hijos de su entorno y tiene muy claro que a su hija le explicará «todo, sin ningún tipo de tapujo».

Distintos tratamientos

La edad a la que estas mujeres acuden a las clínicas ronda los 40 años, que es cuando han agotado la posibilidad de encontrar pareja y la edad fértil comienza a estar ya al límite. La edad determina el método empleado para lograr el embarazo. «Hay distintas posibilidades. La más sencilla es la inseminación con semen de donante, pero su eficacia cae a partir de los 35 años», explica Rafael Bernabeu. Por eso, en la mayoría de casos se recurre a tratamientos de fecundación in vitro, bien con óvulos propios o con óvulos de donante. En los últimos años también ha ido en alza la llamada embrioadopción, que es la adopción de un embrión procedente por lo general «de parejas que se han sometido a tratamientos de reproducción asistida y que tras haber conseguido ser padres, deciden donar sus embriones que se encontraban congelados, para ayudar a otras personas a formar una familia», señala Rafael Bernabeu.

La presencia de familias monoparentales no es nueva en España, pero para el sociólogo de la Universidad de Alicante, Raúl Ruiz Callado, «la gran diferencia es que hasta hace años se llegaba a esta situación por obligación, generalmente porque se enviudaba. Posteriormente se sumaron los casos de parejas divorciadas y ahora es una situación que se da por propia elección de la mujer».

Todo un fenómeno sociológico que forma parte de los nuevos modelos de familias que hay en nuestro país y que está «muy relacionado con los procesos de individualización de una sociedad donde los proyectos comunitarios son cada vez más difíciles de asumir», señala Ruiz Callado. Para la también socióloga de la Universidad de Alicante, Alba Navalón, la independencia económica de la mujer y el hecho de que vivamos un tiempo «en el que las relaciones de pareja son cada vez más fugaces», son factores que están detrás del aumento de mujeres que buscan la maternidad en solitario.

Teniendo en cuenta que este es un fenómeno que ha llegado para quedarse, los expertos piden que las administraciones lo tengan en cuenta a la hora de planear sus políticas de protección a la familia. «Con la última reforma de los permisos de paternidad, las madres solteras han salido perjudicadas en determinados supuestos», lamenta Navalón. Sin olvidar que España es uno de los países con las tasas de natalidad más bajas. «Sabemos por numerosos estudios que el deseo de tener hijos en España es mucho mayor que la práctica real, por lo que debe haber un apoyo gubernamental a las familias y también a las mujeres que viven la maternidad en solitario», sostiene Raúl Ruiz Collado.

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