"Tartamudear es sinónimo de risa y eso merma la juventud". Son las palabras de Francisco Martí, presidente de la Asociación Valenciana de la Tartamudez desde la que piden hoy, Día Internacional de la Conciencia del Tartamudeo, "concienciación, dignificación" y, sobre todo "respeto" para las personas tartamudas porque crecer con una dificultad en el habla como la disfemia marca el desarrollo de la persona.

Se estima que al menos un 2 % de la población adulta y el 5 % de la infantil tiene esta dificultad en el lenguaje, la mayoría hombres frente a mujeres con una proporción de 4 a 1. Para Martí, una de las claves está en la detección temprana: "cuanto antes se detecte, mejor solución tendrá" de ahí que vea necesario preparar tanto al profesorado como a los pediatras para poder reconocer los signos de este trastorno del lenguaje desde la infancia porque es ahí donde comienza, entre los 2 y 5 años. Es en esa etapa, y con ayuda de la familia, profesores y médicos cuando es vital detectar si esos problemas para hablar del niño son pasajeros o van a más.

"Existe la tartamudez evolutiva que tiende a desaparecer pero, si no es así, con una intervención adecuada a tiempo se puede mejorar", aclara Martí. Hay tantos tipos de tartamudez como personas pero los expertos distinguen tres tipos de trastornos disfémicos: aquella en la que el habla se interrumpe totalmente con un bloqueo; la tartamudez "clónica" en la que se repite una sílaba o un grupo de ellas o la mixta que mezcla bloqueos con repeticiones.

Desde la asociación valenciana, su presidente recuerda que la tartamudez no es una enfermedad, -"no nos vamos a curar de ella"- ni siquiera una discapacidad, "A mí me gusta llamarla diversidad funcional pero mientras ante una persona con problemas de visión o en silla de ruedas, el primer instinto es ayudar, el tartamudo es sinónimo de risa y eso genera unos sentimientos negativos. Tenemos que acabar con eso", pide Martí. En una palabra, respeto.

Cómo actuar en una conversación

El respeto se convierte así en una de las primeras armas para dignificar a este colectivo de personas y Martí pide que se ponga en ejercicio desde el mismo momento en que una persona tiene que interactuar con un tartamudo.

Desde la Fundación Española de la Tartamudez apuntan, además, a una serie de pautas a seguir a la hora de interactuar con una persona tartamuda.

Evitar comentarios como: "Habla más despacio" o "No te pongas nervioso", ya que solo añadirán más tensión a la conversación.

Evitar completar las frases de la persona tartamuda. Hay que respetar sus tiempos y dejarles hablar.

— Es importante mantener el contacto visual y, por supuesto, nunca burlarse de la persona.

— Cuando te toque hablar, hazlo de forma tranquila y pausada pero sin que se torne en algo antinatural o exagerado.

— Hay que transmitir a la persona que lo importante es lo que dice y no cómo lo dice.

— Cuando la persona que tartamudea salga del bloqueo, hay que evitar frases de ánimo o de enhorabuena ya que esto hace que la persona que está hablando se sienta evaluada continuamente.

— Al teléfono, quizá una persona con disfemia tenga más problemas que en un cara a cara. Hay que extremar la paciencia.