«Las aguas residuales no mienten, son como la huella dactilar de una población en las que se refleja el consumo de café, la alimentación o las drogas». Así de taxativo se muestra Félix Hernández Hernández, catedrático de química analítica en la Universitat Jaume I y uno de los autores del macroestudio que ha monitorizado a nivel europeo la ingesta de sustancias adictivas en ciento veinte ciudades de treinta y siete países. València figura en lugar destacado en cuanto a la cocaína, con 587,4 miligramos por cada 1.000 habitantes y día. Cifras que la colocan octava, aunque por detrás de Barcelona, que es quinta, con 733,2 mg. Bristol, Amsterdam, Zurich y la ciudad belga de Antwerp Zuid lideran el ranking. Castelló figura en vigésimoquinto puesto, con 296,5 mg, por detrás de Madrid (316,5 mg ).

Cuándo se consumen más drogas y alcohol en Valencia

«El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías está usando muchos de datos como referencia», apunta Hernández, quien recalca: «No es ciencia ficción». Las analíticas son un acumulado desde 2011 hasta 2017, como explica Hernández. En el caso de la Comunitat Valenciana, el trabajo de campo se desarrolló en las depuradoras de Castelló, que atiende a 171.669 habitantes y la de Pinedo, que recoge las aguas residuales del área metropolitana (1.447.713). Defiende el investigador que los decomisos policiales o las encuestas ofrecen una información parcial, mientras que el escrutinio del agua «es información en tiempo real». Los datos certifican que en períodos como Fallas, recalca Hernández.

«Antes no era fácil saber todo esto, pero ahora hay técnicas que permiten establer el consumo de drogas en una ciudad en concreto», explica, aclarando que a partir de los metabolitos que se excretan en la orina, se puede estimar la cantidad atendiendo al número de habitantes que atienden las Edar a las que se ha podido tener acceso. En el macroestudio, liderado por Iria González Mariño, de la Universidad de Salamanca, ha tomado parte también la investigadora Yolanda Picó, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universitat de València y la Generalitat Valenciana.

Los resultados confirman las grandes diferencias que existen en el consumo de sustancias psicoactivas entre los países europeos. La cocaína es la droga dominante en las ciudades del sur y oeste de Europa (Suiza, Italia, Francia, España y Reino Unido), con un gran aumento en los puntos monitorizados. En Bélgica y Países Bajos se observa un importante consumo de cocaína y anfetamina. Esta última se ha popularizado en estos países y en el norte de Europa. La presencia de metanfetamina, aunque menor que el de las otras cuatro drogas estudiadas, es especialmente elevado en Eslovaquia, República Checa y este de Alemania, aunque está expandiéndose también al norte y al centro de Europa, mientras que el éxtasis va en aumento.