Al tiempo que a Barcelona comenzaban a llegar los manifestantes que secundarían por la tarde la enésima marcha contra la sentencia del procés, Ximo Puig comparecía ante los medios de comunicación como president de la Generalitat para alejar cualquier sombra del catalanismo sobre la C. Valenciana, más aún en un momento en que el procés amenaza con capitalizar la campaña electoral del 10N. Lo hizo tras las declaraciones de Quim Torra sobre el manifiesto soberanista firmado en la Llotja del Mar el viernes, donde defendió el derecho de autodeterminación de la C. Valenciana.

Puig, que siempre se ha mantenido alejado de entrar en este tipo de declaraciones, salió ayer tras el cambio de tono del presidente catalán: «Le exijo respeto cuando hable de sus ansias soberanistas, de sus ensoñaciones, y no nombre a la Comunitat Valenciana para nada». Fue contundente al reiterar que los valencianos y sus partidos han expresado que el proyecto valenciano es el autogobierno, el que marca el Estatut d'Autonomia y la Constitución.

«Cualquier intromisión por parte de otros es absolutamente atentatorio al respeto que merecen los valencianos», sentenció.

Su queja se materializará en una carta formal a Torra para exigirle respeto y recordarle que la solución territorial sólo puede estar dentro de la ley. Una misiva que enviará como presidente ya que, según remarcó, sus declaraciones no se han consensuado con el Consell. La comparecencia se realizó tras la reunión que mantuvo por la mañana con el gabinete de Presidencia, al que estuvieron convocados el secretario autonómico de Promoción Institucional y Cohesión Territorial, Alfred Boix, el de la Presidencia, Andreu Ferrer, y su Jefa de Gabinete, Esther Ortega.

«Torra no tiene derecho a hablar por los valencianos, ya decidimos nuestra 'autodeterminación' y no queremos ninguna confrontación con Cataluña» dijo. Pidió que nadie «interpretara» los deseos valencianos que ya tienen su propio proyecto: «la inclusión, las dos lenguas, la diversidad y el pluralismo».

El viernes, en Barcelona, una decena de partidos nacionalistas catalanes, vascos, gallegos y baleares firmaron un manifiesto que reclama la el derecho a la autodeterminación, la liberación de los «presos políticos» y la intervención internacional para mediar en la crisis catalana con el Gobierno de España.

Las únicas dos fuerzas valencianas adheridas a la declaración fueron Esquerra Valenciana y República Valenciana, partidos minoritarios sin representación en las Corts. Ni Compromís ni su partido mayoritario, el Bloc, suscribieron esta reivindicación.

En este sentido, Puig subrayó que en las Corts no hay ninguna representación política que esté de acuerdo «con el intento de contaminación» que está llevando a cabo Torra con la firma y extensión a otros partidos nacionalistas de España de esta declaración en favor de la autodeterminación catalana, un debate «que no es el nuestro». «Quiere internacionalizar el conflicto a otros territorios», lamentó.

Lo cierto es que el manifiesto fue ratificado por EH Bildu, el Bloque Nacionalista Galego, Més per Mallórca y Més per Menorca, junto a los dos partidos minoritarios valencianos. Por Cataluña, ERC, PDeCAT-Junts per Catalunya, la CUP, la Crida y Demòcrates. El PNV, como Compromís y el Bloc, se abstuvo de participar en este encuentro al echar en falta el «espíritu constructivo» además de cuestionar el momento elegido, a solo 10 días de las elecciones generales de noviembre.

Puig descartó cualquier riesgo de que la oposición de Cs, PPCV y Vox puedan utilizar este manifiesto como argumento contra el Botànic. Lo que de verdad le preocupa, dijo, «es que se utilice esta crisis para conseguir votos en las elecciones de noviembre» y se quiera «fracturar» una sociedad cohesionada con «fantasmas» que no existen.

«Los valencianos no queremos ni la recentralización ni el soberanismo, estamos cómodos en España», dijo Puig. Eso sí, exigió que se atiendan las reivindicaciones valencianas como un sistema de financiación justo y la deuda histórica, pero todo eso tiene una vía de canalización: «el diálogo y el acuerdo».

Respecto a las declaraciones de la vicepresidenta, Mónica Oltra, que abogó esta semana por despenalizar el delito de sedición, Puig aseguró que respeta todas las opiniones y ratificó que en la C. Valenciana no hay «ninguna vía soberanista».

«No hay que tirar gasolina»

Precisamente, Oltra también se refirió ayer a la crisis política en Cataluña. En un desayuno de EFE en el Colegio de Abogados, señaló que en el conflicto hay dos «agentes principales», el Gobierno de España y el de Cataluña, y que el resto debería favorecer un clima «de serenidad, que permita una solución política, y no tirar gasolina al fuego».